7:05 de la mañana. Abres los párpados. Miras la hora en tu móvil y un destello de luz te ciega. ¡Mierda!, te has dormido de nuevo.

Te empieza a invadir una sensación de angustia y de ansiedad por todo el cuerpo. Justo hoy era el día que no tenías que dormirte. Te va a caer una buena cuando llegues al trabajo.

Te levantas rápidamente y te preparas un café soluble; no hay tiempo para más. En esos 30 segundos que dura la taza de café entre tus dedos, no dudas en hacer un check rápido de tu correo, Twitter e Instagram.

30 segundos son suficientes para observar varios videos y fotos de deportistas apuestos, fuertes y ricos, mujeres con unos glúteos esculpidos por horas de gimnasio y un par de historias de personas cenando en un restaurante despampanante de lujo. Imágenes e información que revelan el éxito de personas que ni siquiera conoces.

Un vistazo rápido a tu bandeja de entrada también basta para que el cortisol siga aumentando de manera irremediable.

30 correos pendientes de contestar.

Aún no has salido de casa, y una sensación de inconformismo, envidia, presión y agotamiento te acompañarán el resto del día. Igual que te acompañaron ayer.

Muchas de las decisiones que tomes a lo largo del día, estarán influenciadas por esas historias que has visto, esos videos que has consumido, y esa nueva herramienta que te promete ser diez veces más productivo en tu trabajo. Lo peor de todo, es que sentirás que estás eligiendo tú.

Si has sentido esta sensación en alguna ocasión, te interesa el episodio de esta semana. Hablamos sobre la aceleración que estamos viviendo y cómo, más veces de las que nos gustaría, acabamos atrapados por el ritmo frenético que tenemos que seguir en el día a día.

Escucha el podcast desde tu plataforma favorita. Recupera el tiempo presente. Deja de seguir corriendo sin sentido.

Recursos sobre ¿Por qué sigues corriendo?

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