¿Qué es el cinismo?

El cinismo es una filosofía que busca la autosuficiencia del individuo a través de la virtud. Virtud como único elemento necesario para el máximo desarrollo del individuo. Virtud como ausencia de deseos y necesidades, muy alineada con filosofías orientales como el budismo. Virtud como independencia sobre los bienes materiales y las opiniones ajenas. Virtud como el esfuerzo necesario para comportarse de acuerdo a la naturaleza del hombre.

El cínico ideal es aquel que se sabe comportar de forma virtuosa. No importan las reflexiones ni los largos razonamientos, importan las acciones. Lo que haces es lo que, para los cínicos, te da libertad.

Origen del cinismo: Antístenes y Diógenes de Sínope

En Grecia, el perro era un animal considerado indecente. De hecho, “cínico” es en una de sus acepciones sinónimo de “impúdico”. Cínico viene de kïon, kynós, perro. Los cínicos eran llamados de esta manera por cómo vivían, al margen de las convenciones y costumbres… e incomodando a toda la sociedad. Y la sociedad, a cambio, los insultaba.

El cinismo es el eslabón entre Sócrates y el estoicismo. Antístenes, alumno directo de Sócrates, decidió seguir predicando con la filosofía de su maestro con un enfoque diferente al de Platón. No le importaban al filósofo cínico las discusiones teóricas sobre el mundo, buscaba en la filosofía una guía de comportamiento, si bien se interesó por la lógica y la retórica.

Tomando como modelo a Hércules, construyó su doctrina alrededor de la acción. Basta con un solo principio: actuar con virtud, para alcanzar la buena vida… renunciando al placer por el camino.

Como lo recogería el emperador Marco Aurelio claramente influenciado por las enseñanzas cínicas – en sus Meditaciones: la filosofía no va tanto de saber qué es un buen hombre sino de demostrarlo con acciones. Y es que Antístenes está tanto en la raíz del cinismo, como del estoicismo.

Diógenes de Sínope, el mayor exponente de esta filosofía y discípulo de Antístenes, sería el primero apodado como “el Perro” (recordemos que se dice que llegó a masturbarse en público). Diógenes el cínico se apropió del término y, también, de la desvergüenza.

Es muy conocida su anécdota con a Alejandro Magno y que comparte Diógenes Laercio en su Vida de los Filósofos Ilustres: queriendo Alejandro Magno mostrar su admiración a Diógenes, y quién sabe si tentarle, le dijo que le pidiera lo que más deseara, y él colmaría sus deseos.

Diógenes contestó: no me tapes el sol. Mi mayor deseo en este momento es que sus rayos me alcancen.

Esta desfachatez (anaídeia), indiferencia (adiaphoría) y libertad de expresión radical (parresía) serían rasgos distintivos de la crítica cínica a la sociedad helénica, y se mantendrían más allá de Diógenes de Sínope.

Por qué nace el cinismo

La aparición del cinismo, como de las demás corrientes helenísticas, se da en un contexto histórico muy concreto.

La polis ha sucumbido como sistema de ordenación social, las instituciones se han debilitado y la mayoría de pensadores giran entonces su objeto de estudio de la sociedad al individuo.

De ahí que los cínicos, como los estoicos, den tanta importancia al concepto de virtud, y desconfiando de lo social y cultural, confíen en la condición humana.

El sabio estoico es también el sabio cínico que predicaba Antístenes: la única forma de vivir es de manera frugal, permitiendo que sean tus hechos los que hablen de ti.Y para conseguir que seamos virtuosos, es imprescindible la pedagogía.

Diógenes de Sínope, en cambio, centra sus acciones en la crítica, dejando un papel más limitado a esa paideia o pedagogía.

Apátrida, pues había sido exiliado, vivía ya frugalmente antes de conocer las enseñanzas de Antístenes y darles esa vuelta de tuerca, aunque es poco probable que viviera siempre en la tinaja que le asocia la leyenda.

Si de Diógenes se destacan las anécdotas que lo muestran como el más libre de los filósofos helenísticos es precisamente porque en ese momento histórico, donde los sofistas y pensadores habían caído en desgracia por los frutos de sus actos, la libertad del filósofo era envidiada por sus detractores y deseada por todos.

Libre te hace ser sabio.

Crates, discípulo de Diógenes el Perro

Los enemigos de Diógenes encontrarían en su discípulo Crates de Tebas un amigo. Tan reconocido era su carácter divertido y amable que algunos llegaron a decir que sus puertas siempre estarían abiertas para él. Y de hecho, así vivió gran parte de su vida: acogido en casas de sus conocidos.

Crates de Tebas continuaría la aspiración cosmopolita de Diógenes. Para los cínicos, todos los hombres son iguales puesto que lo que los une es su naturaleza, y como iguales deberían vivir.

Crates tampoco se dejaba llevar por las pasiones y usaría sus poesías para parodiar a la sociedad griega y a muchos de sus referentes. Como sus antecesores advertiría sobre los peligros de la pasión amorosa, en concreto, y de la tentación de hombres jóvenes y mujeres.

No obstante, es conocida su relación con Hiparquia, la única filósofa que Diógenes Laercio consideró merecedora de mención en su Vida de los filósofos ilustres, y quien también desafió las convenciones sociales al rechazar su papel tradicional.

Zenón de Citio, reconocido estoico, sería uno de sus discípulos, continuando la profunda relación entre cinismo y estoicismo.

5 enseñanzas de la filosofía cínica

Ahora que conocemos un poco del cinismo, te dejamos 7 enseñanzas de la filosofía cínica para que puedas aplicar en tu día a día.

Al final, como decía Diógenes, si para algo sirve la filosofía es para sobrellevar mejor los caprichos de la fortuna y la propia incertidumbre.

  1. No hay que complicar las cosas más de la cuenta. Navaja de Ockham: en caso de duda, quédate con el menor número de asunciones. La filosofía tiende a olvidarse de la parte práctica y acaba en discusiones alejadas del mundo real. El cinismo rescata una de las principales ayudas que nos brinda la filosofía: construir una guía de conducta para vivir una vida mejor.
  2. Define un ideal al que aspirar. Imitar a los dioses como en palabras Juan Soto Ivars. Elegir una estrella como plantea Peterson. Ese ideal al que aspirar esconde su sentido en ser inalcanzable. En lugar de limitarte, te invita a retar tus límites. En lugar de darte un destino, te ofrece dirección. Para los cínicos, al igual que para los estoicos, era Hércules. Para ti, ¿quién es la estrella que guía tus acciones?
  3. Actúa. La teoría sin acción sirve de poco. El riesgo de leer demasiado y despegarte del mundo real acecha. Cuando empiezas a conocer la teoría, la torre de marfil te invita a subir. Resiste. No te olvides de que la mayoría de veces lo importante no es lo que sabes sino lo que haces con ese conocimiento. Cuando se trata de vivir, lo que haces importa más que lo que dices.
  4. Libérate reduciendo tus necesidades. No es más libre el que más tiene sino el que menos necesita. El cinismo te invita a limitar las dependencias, sobre todo las materiales. La felicidad no se encuentra en el nuevo iPhone. El exceso de pertenencias materiales y comodidades, te vuelve frágil. No lo olvides, la buena vida se encuentra en las pequeñas cosas: pasear, leer un libro, pasar tiempo con amigos o entrenar.
  5. Limita la influencia del grupo en tus decisiones. En búsqueda del equilibrio perfecto. El cinismo te anima a que te resulte indiferente cualquier opinión. El extremo lanza una propuesta interesante, pero el mundo real es más complicado. Nietzsche también le daría vueltas al problema y, alineado con la secta del perro, te invitaría a alejarte del rebaño.
  6. Entrena cuerpo y alma para no caer en el deleite. No dejes que tu identidad se defina por tus riquezas materiales, sino por las riquezas de tu espíritu. No necesitas más que la sabiduría.
  7. Todos somos parte de una misma patria: el mundo. Todos somos iguales, animales de la misma naturaleza. Aquel que tienes delante vive y experimenta los mismos problemas que tú. En tratar a los otros como hermanos se es realmente libre.

Construye tu propia filosofía de vida

Cada corriente filosófica es un conjunto de ideas, principios y herramientas que pueden ayudarte en la infinita tarea de construir tu propia filosofía de vida.

Esperamos que conocer mejor a los cínicos te haya resultado útil o, cuanto menos, interesante.Si quieres saber más sobre esta corriente, puedes leer La secta del perro, de Carlos García Gual.

Sergio -.