David Tesch es el creador de La Ducha Fría. Después de un período de sufrimiento en su juventud, David encontró en el desarrollo personal un lugar donde mejorar y enseñar a lo demás. Hablaremos sobre qué nos enseña el sufrimiento, cómo la masturbación —y la pornografía— influyen en tus comportamientos y por qué (y cómo) asumir más responsabilidad.

¿De qué hablamos con David Tesch?

  • «La persona que seas en el futuro será el resultado de las decisiones que tomes hoy mismo». ¿Cómo podemos ser más conscientes de nuestras decisiones?
  • ¿Cuándo surge el interés por estos temas? La necesidad de entender y una etapa de sufrimiento.
  • El vicio de aprender.
  • El sufrimiento como precesión a un cambio. ¿Necesitamos mirar al abismo para cambiar? Sufrir de forma voluntaria en pequeñas dosis.
  • Evitar el sufrimiento futuro. Satisfacción y obtener frutos a largo plazo. ¿Qué podemos controlar del sufrimiento?¿Qué nos enseña el sufrimiento?
  • Teoría vs práctica. La dificultad de dar el paso.
  • El camino que nos funciona a nosotros, no tiene porque funcionar al resto. Sesgo de supervivencia. Las recetas mágicas no funcionan.
  • El negocio detrás del desarrollo personal.
  • ¿Por qué tiene tanta mala fama del desarrollo personal? Evadir la responsabilidad y el flower-powerismo.
  • El americanismo de Tony Robbins.
  • La autoayuda y el desarrollo personal. Los prejuicios hacia la salud mental, ¿por qué pensamos que es un tema de locos?
  • Victimismo. ¿Cómo asumir una postura con más responsabilidad? ¿Los victimistas se sienten víctimas de la historia?
  • Adorar la estabilidad y evitar el cambio.
  • Beneficios de asumir la responsabilidad. ¿Tiene sentido llevarla al extremo?
  • Autoestima y autoconfianza, ¿qué son? La profecía autocumplida.
  • ¿Cómo trabajar la autoestima? Tomar acción, autoconocimiento y paciencia.
  • Fallarte a ti mismo, ¿qué papel tiene en la autoestima?
  • Expectativas, comparaciones e impacto en nuestra autoestima.
  • La comparación de forma sana. Comparaciones tóxicas, envidia y resultados falsos.
  • Bailar en TikTok, en busca de la fama insulsa.
  • Los likes y vivir en torno a la validación.
  • Señalización. ¿Por qué tienes que decir constantemente qué te da igual lo que piensen los demás?
  • Tener que bajar a los demás para sentirnos mejor.
  • El perfil de Instagram dice más de lo que parece.
  • ¿Realmente la gente disfruta de los bailes de TikTok? Actuar para gustar a los demás.
  • ¿Cómo nos afecta la masturbación y la pornografía? Reconfigurar el cerebro.
  • NOFAP, ¿es una receta milagrosa?
  • Efecto Coolidge. ¿Por qué buscamos la novedad en nuestra pareja sexual?
  • El aumento de la virginidad en los jóvenes y el aumento de competencia en el mercado sexual.
  • ¿Cómo saber si te estás pasando con la pornografía? ¿Realmente eres capaz de estar sin verla? Síntomas de que te has pasado.
  • Sentir que tienes poder de acción sobre tus resultados. Libre albedrío. El poder de decisión.
  • La impaciencia en las decisiones. ¿Por qué tenemos tanta prisa? Priorizar el corto plazo.
  • El estoicismo y las emociones. Controlar las emociones, ¿hasta qué punto?
  • La razón como justificación.
  • ¿Cuándo postergar y cuándo reaccionar?
  • La prueba de fuego: como trata a un camarero.
  • El mundo en llamas, si David Tesch solo pudieras salvar un libro, ¿cuál sería?
  • La antifragilidad de Taleb explicada con 3 cajas.
  • La positividad y la negatividad, una vuelta de tuerca a estos dos conceptos.
  • ¿Qué papel tiene el aprendizaje en la vida de David? Hábitos y método. Adherencia antes que lo óptimo.

DAVID TESCH (LA DUCHA FRÍA)

  • Web: laduchafria.com
  • Canal de Youtube
  • Instagram

TRANSCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA:

D: Para quien no conozca a David, deciros que actualmente trabaja como director financiero, pero como os podéis imaginar, ese no es el motivo por el que le hemos traído hoy a este podcast. David también tiene un proyecto propio llamado La Ducha Fría, que estoy seguro que más de uno os suena y lo seguís a diario. Este proyecto empezó siendo un canal de YouTube, ahora es mucho más que eso. Tienes una cuenta en Instagram con más de 100.000 seguidores, tienes un podcast, tienes una web, tienes una newsletter. Bueno, David, con este podcast lleva unos dos años. Ahora me comentabas que tuviste un parón de seis meses, pero el crecimiento que has tenido ha sido brutal. Y yo pienso que uno de los motivos principales de este éxito, si lo podemos llamar así, es que has sabido captar muy bien cuáles son esos miedos y esas inquietudes que todos tenemos, que pensamos que solo nos ocurre a nosotros, pero que realmente son inquietudes, son temas que se repiten muy a menudo entre muchos de nosotros. Y bueno, pues das unas herramientas, das unos consejos que nos vienen genial a todos. Y hoy precisamente queremos hablar contigo, David, de muchos de estos temas. Vamos a hablar de responsabilidad, vamos a hablar de victimismo, vamos a hablar de un tema que no se suele hablar mucho en los podcasts. Vamos a hablar del porno y de la masturbación. Hablaremos también de las emociones y de la actitud. Y también hablaremos, espero que no se tiembo a todo, David, sobre un tema que me genera mucho interés y es la autoestima y la validación. También comentaremos qué papel juegan las redes sociales en nuestra conducta, en nuestra autoestima y en qué imagen proyectamos a los demás. Dicho esto, David, bienvenido. ¿Cómo estás?

DT: Muy buenas. Encantado con toda la temática. Yo creo que vamos a sacar bastante chicha de todo lo que habéis programado vosotros. Y por otro lado, he visto que también os han comentado preguntas que podían ser interesantes para hoy. Y nada, decir lo mismo que vosotros. Encantado de estar aquí. Un gustazo. Habiendo visto vuestra personalidad un poquito antes con la conversación que hemos tenido de 20 minutillos, yo creo que esto va a fluir y adelante.

D: Genial, David. Pues vamos a por ello y te quiero lanzar la primera pregunta en base a una frase que tienes en tu web. De hecho, es la frase que presenta cuando la gente entra a tu web, laduchafría.com, para quien se quiera meter después de escuchar este podcast. No os vayáis ahora, quedaros hasta el final. Y la cita en cuestión dice así. La persona que seas en el futuro será el resultado de las decisiones que tomes hoy mismo. David, ¿qué quieres transmitir con esta frase? ¿Y cómo podemos salir de ese piloto automático en el que nos cuesta ser conscientes de esas decisiones que vamos tomando día a día y que al final están definiendo de una manera u otra nuestro futuro?

DT: Pues aquí entran en juego muchísimos factores, pero yo creo que uno de los principales, que es una cualidad que yo creo que todo el mundo debería desarrollar y sobre todo ser consciente de ella, es tener la capacidad de postergar el placer a largo plazo. No dejarse sucumbir por los estímulos e intentar tomar acciones y tener esa responsabilidad con su yo del futuro. Ahora mismo vivimos en un entorno que nos está bombardeando constantemente con disfruta ahora, entretente ahora, carpe diem, pero entendido de una forma bastante tóxica y dejamos de lado todas esas cosas que nos pueden venir bien y que al final sabemos que los frutos, lo sabemos, lo intuimos, pero nos cuesta mucho interiorizarlo, que los frutos que mejor van a saber después son a largo plazo, son aquellos que se cultivan a fuego muy lento y nos cuesta mucho tener paciencia. Todo lo que nos rodea está diseñado para que no tengamos esa paciencia. Así que ahí esa frase que elegí porque creo que define muy bien lo que es el desarrollo personal, esa toma de consciencia y esa capacidad de tener disciplina para poder tener resultados en el futuro.

S: ¿Y dónde surge este interés por el desarrollo personal? ¿Cuándo a David le pica el gusanillo por estos temas? ¿En qué momento?

DT: Pues te diría que yo siempre he sido una persona muy curiosa. Yo siempre me ha encantado la música, me he metido con la música, con distintas habilidades, con idiomas, he hecho muchas cosas y soy una persona que no le gusta no entender. No me gusta no entender. Y yo admito, me da cosa. Cuando algo digo ¿qué cojones? No es un qué cojones paso olímpicamente, es un qué cojones necesito indagar, necesito entender por qué eso es así. Y más adelante, ya cuando era adolescente, terminando la universidad, por una serie de eventos, una ruptura amorosa, temas familiares bastante chocantes, por así decirlo, que me generaban sufrimiento y ver que no podía procesar ese sufrimiento o ver que las cosas no iban como yo querían que fueran, pues dije voy a intentar conocer un poquito más sobre esto. Y es cuando empiezas a leer un par de libros, a mirar algún blog, a mirar alguna cosita así muy superficial, te empieza a gustar, empiezas a indagar en una cosa concreta, en mi caso fue el budismo. Yo empecé con el budismo, o sea, en el desarrollo personal empecé con esto, me compré libros, empecé a desarrollar ahí una curiosidad muy grande por esta filosofía, para religión, me fui a Myanmar durante un mes a recorrerlo entero y hablar con monjes budistas y demás. Y bueno, ahí ya me empecé a enganchar, luego llegó el estoicismo, luego empezaron a llegar otros autores y poco a poco he ido formando la persona que soy ahora.

S: Caíste en el vicio, ¿no? Caíste en el vicio de profundizar en estos temas.

DT: Sí, caes en el vicio, macho. Es un vicio y os habrá pasado a vosotros, seguro, pero es muy difícil tocar la superficie y decir, oh, hay mucho más abajo, ¿me voy a atrever a verlo? Por supuesto que me voy a atrever.

D: David, has hablado del sufrimiento y a ti te había escuchado en alguna ocasión hablar de que todo cambio verdadero va a venir siempre precedido por sufrimiento. Sin sufrimiento no hay cambio, por simplificarlo. Entonces mi pregunta, David, es la siguiente, ¿es necesario que haya siempre sufrimiento para tener un cambio verdadero en nuestras vidas? Y hablamos de un cambio hacia mejor. ¿Tenemos que sufrir para ser mejores?

DT: Pues como creador de contenido te diría que sí es posible evitar el sufrimiento. Como persona te voy a decir que no. Como creador te digo que sí porque al final es lo que intentamos vender todos los que hacemos esto, intentar acompañar a los demás, que esto es algo que no gusta nada a los creadores porque menoscaba un poco la incidencia que tiene su trabajo, yo me incluyo ahí, y nos gustaría pensar que no hace falta sufrir para mejorar, que hay una vía más ligera, más sencilla, que puedes adquirir los conocimientos de personas que te han precedido, pero es verdad que si no te mojas, que si no hay experiencia, que si no te expones al riesgo, que si no haces cosas nuevas que no hayan hecho esas personas, no puedes repetir los mismos modelos que han hecho otras personas, exactamente igual, yo creo que no hay crecimiento. Yo creo que una parte de sufrimiento, una parte de incomodidad, no me refiero a que te tengas que meter una hostia enorme, no me refiero a que tengas que sufrir una pérdida para empezar a actuar o cosas como esta, que suelen ser muchas veces el detonante de los grandes cambios de las personas, cuando es un sufrimiento muy grande, pero yo creo que parte de sufrimiento siempre hace falta. Si no, no te das cuenta de las cosas, si no, no te das cuenta de cuán lejos puedes llegar, cuán arriba puedes llegar si no has estado abajo, o sea, no eres consciente de esa distancia si no sufres, si no lo pasas un poco mal. Entonces, ahí sí te diría que yo creo que cierta dosis de sufrimiento es necesaria. Ahora bien, si es sufrimiento voluntario, muchísimo mejor. Sufrimiento voluntario me refiero a no tener que pasar por una pérdida o una ruptura o cosas que generan emociones muy negativas, sino que eres tú el que dice, oye, pues voy a entrenar, voy a sufrir entrenando, voy a sacrificar mi fiesta y voy a sufrir como tal porque me voy a estar más solo por leer, por aprender, por aprovechar la mañana del día siguiente. Al final, no deja de ser un sufrimiento porque es algo que te cuesta, pero es voluntario y cuando es voluntario es fructífero.

D: Por poner un ejemplo, el ir al gimnasio todos los días sería someternos a esa pequeña dosis de sufrimiento, a esos pequeños estresores que en el momento presente pues nos hacen sufrir, pero al final nos están haciendo más fuertes.

DT: Exacto. Incluso te diría que pequeño sufrimiento puede ser cuando llevas un tiempo ya. Al principio es mucho sufrimiento. Al principio ir a un gimnasio sin tener ni idea, sin estar en forma, viendo y comparándote con los demás que hay allí, mazados, pegando gritos.

D: No solo la parte física, la parte psicológica también.

DT: Claro, claro, claro. Eso es también sufrimiento, es una complicación muy grande. Tampoco menospreciemos si ir al gimnasio es algo sencillo porque es sencillo cuando llevas dos o tres meses, pero al principio apuntarte y empezar a ser constante es muy complicado.

S: Yo, David, escuchándote, me paro a pensar y digo, vale, hay mucha gente que a lo mejor lo ve como un poco crudo. El tema del sufrimiento es un poco, no sé, como que lo vemos reacio. Y yo por re-enfocarlo, no sé si estás de acuerdo conmigo, lo veo más o se puede ver más como evitar una mayor cantidad de sufrimiento a largo plazo. O sea, vas a sufrir pequeñas dosis ahora, pero es que te vas a ahorrar un sufrimiento mucho mayor que hablabas antes de esos frutos que vienen un poco del esfuerzo, esa satisfacción. Más que felicidad, me gusta más la palabra satisfacción. Porque al final no vas a tener satisfacción si no te esfuerzas, si no te sometes a esos pequeños sufrimientos. No sé si estás de acuerdo conmigo en eso.

DT: Completamente, completamente. El querer obtener frutos a largo plazo, también una parte muy importante dentro de ese deseo es el querer evitar un futuro indeseable para ti. Si yo bebo y fumo todos los días y como comida basura todos los días, no es que no vaya a estar en forma y no vaya a conseguir mis objetivos, sino que es que cuando tenga 50, 60 años no voy a poder andar y voy a estar jodido sin poder disfrutar de mi familia, sin poder disfrutar del aire libre y demás cosas. O sea que también es eso, también es eso. El sufrimiento llega, Buda lo dice y lo sabemos todos, el sufrimiento es inevitable, completamente inevitable. Pero tenemos la capacidad de decidir cómo queremos que lleguen nuestras vidas en cierta medida, obviamente. Hay cosas que no podemos controlar, pero sí hay cosas que podemos controlar. Y una parte muy grande de sufrimiento que padecen muchas personas más mayores, temas de soledad, temas de enfermedades y demás, que son sufrimientos muy grandes, sí que tenemos control sobre ellos, al menos en cierta medida. Así que, ya que lo tenemos, ¿por qué no ejercerlo?

D: Pues hay un tema, David, que es el de la responsabilidad, que además está muy conectado con el sufrimiento. El otro día, en uno de tus podcasts, escuché que decías, nadie nos puede salvar, el desarrollo personal tiene que empezar por uno mismo. Y te quiero preguntar, ¿dónde empieza y dónde termina nuestra responsabilidad para esos cambios, para esas mejoras que tanto anhelamos, pero que parece que, joder, escuchamos podcasts, leemos libros, leemos artículos, tenemos la teoría clara, pero nos sigue costando dar el paso.

DT: Sí, sí. Y esta es una de las cuestiones más difíciles del desarrollo personal, el dar el paso, el actuar. O sea, decimos, no, no, hay que tomar acción, yo lo digo, también como me lleno la boca, hay que actuar, la práctica es lo importante, pero es muy jodido, es muy jodido que si tú no estás acostumbrado a tomar acción respecto a algo, empezar a tomarla es muy, muy difícil. Ahí es donde suele venir ese sufrimiento que hemos comentado antes, ¿no? Que te pega una cachetada en la cara y te dice, venga, venga, que se te acaba la vida y te pones a hacerlo. Y si no, está la disciplina, el tomar conciencia de las cosas, el, pues por ejemplo, como Sergio, que tiene 21 años y está metido ya en esto, o sea, a mis 21 años, claro, a mis 21 años, le dice, léete este libro de estoicismo, yo te lo quito, ¿sabes? Digo, que va, tráeme una cerveza, por favor, de qué me estás hablando. Entonces, pues cada persona es un mundo también, o sea, cada persona, la forma en la que nos han criado nuestros padres, los valores que nos han inculcado, no todo es igual, unos tendemos a evadirnos más y a ser más evasivos y nos cuesta, tenemos que sufrir, y otros, pues por la forma en la que se han criado, tienden a ser menos evasivos, a ser más responsables y ya, fíjate, ya no solo la forma en la que se han criado, hasta te diría que hay un componente ahí genético, individual, que viene dentro de cada uno de nosotros, nos hace más predispuestos a este tipo de cosas, ¿no? O sea, tú te puedes ver, yo digo, yo entreno, tú entrenas, no sé si Sergio entrena, pero seguramente también, pero coño, luego ves a otros tíos que entrenan que dices, pero vaya locura, vaya locura, ¿cómo haces esto? O sea, yo ni en broma, ni en broma, ni quiero ni puedo, y ahí es donde está ese componente, ¿no?, que diferencia a los demás. Así que la responsabilidad yo creo que en el fondo sí que nace de uno mismo, sí que nace de uno mismo, pero hay cierto factor ahí que subestimamos que nos cuesta mucho controlar, nos cuesta mucho controlar, son debilidades o rumbos que uno prefiere, ¿no? Tú puedes ser muy bueno entrenando y tú muy bueno leyendo, pero cuando intercambiáis las tareas, macho, no hay forma de hacer que cuadre, ¿no? O sea, que también está por ahí eso.

D: Y además, David, no sé si estarás de acuerdo conmigo, tendemos a pensar que el camino que nos ha funcionado a nosotros es el mismo camino que le va a funcionar al resto y eso muchas veces genera rechazo, ¿no? Este famoso obseso de supervivencia. No, yo como he hecho esto y esto y esto y soy millonario, si tú haces esto y esto y esto, ergo, vas a ser millonario. No, no funciona así. Y lo malo, y aquí luego hablaremos también de la connotación que tiene ahora mismo el desarrollo personal, es que pensamos que sí, que como vemos esa figura de autoridad, lo idolatramos y, hombre, pues si este tío que ha llegado hasta aquí me dice que haciendo ABC voy a llegar hasta ahí, pues será verdad porque el tío ha llegado ahí. Es que no es tan sencillo.

DT: No funciona así. Ojalá funcionara así, pero sí, cada persona es un mundo, cada persona tiene habilidades, cada persona por su forma de hablar, de su forma de expresarse llega y genera ciertas emociones en otras personas.

D: Su educación, su familia, su contexto sociocultural, el país donde ha nacido… Es que es todo.

DT: Mira, a mí me han contado un chiste un amigo y ni se me han llevado las comisuras de los labios por lo mal que lo ha contado y me lo ha contado otra persona, igual, después de haberlo escuchado y me he partido el culo de risa. Es exactamente el mismo chiste con un tono muy parecido, pero la gesticulación, la amabilidad que te transmite… O sea, hay tantos factores que influyen que yo creo que ni en broma, ni en broma, un método fijo se puede adaptar a muchas personas. Hay ciertas cosas sí, por ejemplo, sabemos que con entrenamientos puede haber distintos modelos que pueden funcionar mejor en unas personas o en otras, pero en general te van a ayudar, no te van a perjudicar. Hay igual que hay ciertos factores de éxito, como leer muchos libros, seguramente no te haga ser peor persona o te impida alcanzar tus objetivos. O sea, hay ciertas cosas, meditar, lo de pegar de duchas frías, tener buenos hábitos, comer bien… Esas son las cosas que sí que funcionan de forma general, pero cuando ya son métodos muy concretos de di esto, hace exactamente esto, yo ahí no me fiaría mucho porque la persona está extrapolando su propio ejemplo y está intentando inducirlo y seguramente a un coste, porque esas personas normalmente lo hacen a un coste.

S: A mí algo que me está gustando mucho, David, de la conversación y que suele escasear en estos temas de desarrollo personal es el sentido común y el abordar las cosas como lo complejas que son. Que hay muchísimas variables, que hay mucho espacio para el error, que tú puedes, lo que decíamos antes, puedes leer libros y a lo mejor que no te salgan las cosas y que sigas fallando. ¿Qué es menos probable? Sí, pero que hay ese margen de error. Yo quería preguntarte, yo creo que este es uno de los motivos por estas connotaciones negativas que están surgiendo hacia el desarrollo personal, porque muchas veces intentan sentar cátedra, darte los cuatro pasos para la receta, para la felicidad. Y quería preguntarte, ya que tú estás tan metido en este sector, ¿por qué crees que el desarrollo personal está cogiendo esta connotación negativa? A veces el usar gurú como tono despectivo, ¿por qué crees que está pasando?

DT: Pues no te voy a decir que sea una cosa concreta, yo creo que hay varias. Yo creo que la principal de todas es que el desarrollo ilumina parte de nosotros que nos causa mucho rechazo. Entonces es costoso, es difícil. El verdadero desarrollo es algo complicado, requiere que digas, joder, he sido un gilipollas, hasta hace muy poco tiempo he hecho las cosas mal, ¿cómo la cagué aquí? Y eso es algo que nos cuesta muchísimo aceptar nuestros errores, lo mal que lo hemos hecho o lo mal que lo estamos haciendo ahora mismo, que eso ya sí que tela marinera. Yo creo que eso es uno de los factores concretos. Yo muchas veces cuando he hablado con amigos, a mí no me gusta darle a chapa en este sentido porque yo creo que cada persona tiene su momento y si quieres saber algo, ya todos saben quién soy y los temas que me gustan, o sea que si quieren saber algo me preguntan. Si no, yo nunca doy a chapa y jamás algo que no me gusta nada es el tú deberías hacer esto o tú deberías hacer lo otro, o sea, ni en broma. Pero sí que alguna vez cuando me piden consejo, me piden alguna cosa, les digo es que tú te defines mucho a través del trabajo y cuando no te va bien en el trabajo te sientes que vales menos como persona porque me ha preguntado y eso es lo que yo veo en esa persona. No le gusta, no le gusta. Dice, parece que está hablando desde dentro de mi cabeza, parece que se está metiendo ahí dentro y eso no me mola. Prefiero las risas y prefiero evadirme antes que aceptar ese tipo de cosas. Entonces ese yo creo que sería el primer factor de todos, la dificultad que implica. Y después el segundo factor te diría que es, que yo no puedo con él, es el… le voy a poner un nombre así más o menos pero llamémoslo el sentimiento Flower Power. El intentar solucionar la vida a los demás a golpe de frase motivacional. Todos hemos visto un vídeo con violines. «Tú eres único, tú eres especial…» Ese tipo de cosas que dices, ah macho…

D: Quiero hacer aquí un inciso porque antes de que se me olvide la pregunta, ¿conoces a Tony Robbins?

DT: Sí, lo conozco, sí, sí. He leído un par de libros suyos.

D: Quiero preguntarte sobre Tony Robbins, qué te parece su discurso, qué te parece su método porque yo tengo sentimientos encontrados porque leo sus libros y me encantan pero luego lo veo pegar saltos antes de subir al escenario y me chirría un poquito algunas cosas.

DT: Me pasa lo mismo. Yo me he leído sus libros y creo que aporta mucho. Además es uno de los pioneros dentro del desarrollo personal pero es muy americano, es muy americano y se le ve. Tiene un modelo súper americano de motivación, la forma en la que habla, la forma en la que enfoca sus negocios. Tiene un jet privado, tiene una isla, no sé si en Fiji…

D: Para que la gente… sí, le pongamos un poco en contexto. Tony Robbins es uno de los oradores más famosos de Estados Unidos y solo deciros que no sé si lo hace una vez al año o cada cuantos meses, da como una especie de congreso que dura 3 o 4 días y deciros que la entrada media vale 4.000 y 5.000 dólares. Estar ahí que no estás ni una semana. Para que os pongáis un poco en contexto de quién es esta persona, si no la conocéis, pues que habla en Google, que ha escrito libros, tiene podcast, es muy muy famoso.

DT: Sí, sí. También tenemos que verlo desde nuestro punto de vista latino, español sobre todo. Nosotros nos causa un poco de rechazo. Somos personas que si alguien habla inglés perfecto siendo español, nosotros le pensamos que es un pedante. O sea, sigue habiendo ciertas cosas que nos generan bastante rechazo. Y por ejemplo, el lenguaje corporal, el utilizar el poder del cuerpo, que eso es algo que los japoneses también hacen en las reuniones de negocios, se levantan, pegan gritos, se sueltan y hacen este tipo de cosas, que sí que tiene influencia, así que modifica la actitud y te hace tener un estado mental y corporal como más de ataque, más predispuesto a hacer las cosas. A nosotros nos sigue causando mucho rechazo. Entonces, fíjate, a mí personalmente me pasa lo mismo que a ti. O sea, hay ciertos puntos ahí que yo no trago muy bien, pero yo no me atrevería a descalificarlos porque no estoy muy seguro si es cosa mía, que yo creo que es parte cosa mía y mi espíritu también de latino, no tan americano, no tan motivacional. Creo que es eso lo que me causa un poquito de rechazo.

D: Bueno, y que tampoco hace falta comprarle todo el pescado a nadie, ¿no? Quiero decir que nos puede gustar algunas cosas y otras cosas no. Parece también que vivimos en un mundo en el que o nos tiene que encantar la persona o la rechazamos toda ella. Oye, pues puede haber cosas que no suenen bien y puede haber cosas que no estemos del todo de acuerdo, por lo que dices tú también, porque nos falta contexto. Yo conozco una persona, una persona de aquí, que fue a una de estas charlas a Estados Unidos, no me acuerdo en qué ciudad la dio, y me dijo que flipo. O sea, él iba un poquito expectante a ver qué se encontraba, pagó 5.000 dólares y dijo que es impresionante. O sea, que tienes que estar ahí para decir, hostia, es que entiendo a la gente cuando se pone a llorar, cuando salta en alegría., si tú no has vivido tampoco puedes juzgar lo que pasa ahí.

DT: Eso es, tampoco podemos juzgar. Un día iremos. Algún día iremos. Lo veremos y ya diremos, coño, está bien o está mal.

D: Vale, y te quería preguntar, muy relacionado con la parte de la connotación del desarrollo personal, la palabra autoayuda. ¿Es lo mismo el desarrollo personal que los famosos libros autoayuda o son cosas diferentes?

DT: Yo te diría que es lo mismo. O sea, yo creo que es lo mismo. Yo creo que ya es un tema de los sentimientos que hemos asociado y las connotaciones que hemos asociado a una palabra, la autoayuda. A ver, es que venimos de un entorno en el que parece que la salud mental y las cuestiones psicológicas eran temas de locos. O sea, si tú intentabas desarrollarte en este sentido, intentabas mejorar, ser más inteligente en cuanto a tu mente, es que estabas loco. O sea, si necesitas hacer eso es porque no lo estabas haciendo bien hasta ahora. O sea, nos creemos que una persona sana tiene una salud mental aquí. Y alguien que necesita aprender este tipo de cosas es porque necesita igualar a esa persona. Lo que no se da cuenta la gran mayoría es que la mayoría tiene una salud mental que está aquí. Es muy irascible, muy susceptible, se deja llevar por sus impulsos, no es empático con los demás, se justifica sus actos con muchísimas tonterías. Entonces, poco a poco el chip está cambiando. ¿Qué pasa? Que la palabra autoayuda se ha quedado ahí rellegada en el pasado como ese tema que yo, por ejemplo, incluso mi propio cerebro, autoayuda, lo asocio más al sentimiento ese flower power y wonderful que hemos hablado antes. O sea, lo relaciono, pero eso soy yo, a ese tipo de cosas. Entonces, puedo entender que cause un poco de rechazo. Yo personalmente prefiero el tema hormonal o desarrollo personal, aunque creo que básicamente sería más o menos lo mismo.

S: Y hay otra postura, no hemos hablado de esta postura de responsabilidad, de asumir el desarrollo personal, de yo diría de coger un poco las riendas de ti mismo y de querer ese mejorar, esos locos que comentabas, David. Pero hay otro extremo que es el victimismo. O sea, está la persona que asume responsabilidad y la persona que se convierte en una víctima y cree que todo lo malo que le ha tocado a él, que tiene muy mala suerte. Bueno, no voy a extenderme en el tipo de expresiones que utiliza. Y quería preguntarte lo primero, si puedes decirnos un poco cómo has visto que esta actitud perjudica a las personas y luego cómo podemos pivotar un poco más hacia esa posición de responsabilidad, de coger el desarrollo personal propio por delante.

D: Y añade un inciso que me parece muy importante y es, ¿quién es victimista se ve a sí mismo como victimista? Porque creo, claro, claro, porque quiere decir, si damos lecciones para la gente que va de víctima, pero los que van de víctimas, que yo puedo ser uno de ellos, pero no nos vemos como esas víctimas, hostia, creo que ese paso previo es el más importante y el más difícil también.

DT: Desde luego. Respondiendo a Sergio en primer lugar y luego, bueno, casi mejor lo tuyo, David, porque yo creo que, como estaba también estaba haciendo Sergio así como que no, yo creo que en efecto la persona victimista se ve a sí mismo como la víctima. O sea, no dice, sé que en el fondo la culpa es mía, pero yo igualmente prefiero culpar a los demás. O sea, la gente victimista, o si lo hace, descarta muy rápido ese pensamiento. A lo mejor lo piensa y dice, coño, pero podría, pero es que es más fácil culpar al otro. Muchísimo más fácil y más satisfactorio escupir mierda y culpar al otro que asumir yo la responsabilidad de mis actos. Entonces yo creo que la inmensa mayoría de los que son victimistas se creen así, se creen las víctimas de historia. Y en cuanto ya a la pregunta más general, el victimismo no deja de ser una vía rápida para evadir la responsabilidad, no deja de ser una de las vías más efectivas para evitar tener que cambiar algo en tu vida. Hay un sesgo que se llama el sesgo de status quo, que lo que nos hace es que adoremos la estabilidad, adoremos las cosas tal y como son, preferimos no cambiar. Por mucho que dijamos, me encanta cambiar, me encanta el dinamismo y tal, nuestra mente está programada para mantenerlos lo más estables posibles y que los cambios sean progresivos a mejor. ¿Qué ocurre? Que el sesgo de status quo también afecta a la mente, y hace que no quiera cambiar, que tu forma de pensar esté muy arraigada, con unas raíces ahí bien profundas echadas dentro de la tierra. Entonces, el victimismo es como ese abono perfecto que mantiene las raíces ahí bien agarradas. Lo que hace es que sea mucho más sencillo culpar a los demás de tus males cada vez que te ocurre algo malo, y lo habréis visto en vuestros tíos, vuestros padres, vuestros amigos y demás, que les ocurre algo malo, que tú, como tienes distancia con ese suceso, dices, obviamente, ya sabía yo que te iba a pasar esto, porque con ese comportamiento que tienes, con lo que has hecho, ¿cómo no te iba a pasar esto? Pero aún así te sorprenden y dicen, es que el muy no sé qué, muy x me ha hecho esto. Y dices tú, pero ¿cómo que te ha hecho esto? Es culpa tuya completamente. Pero claro, tú no puedes decir eso porque eso es uno de las cosas más duras que puede oír una víctima, decir que no es la víctima, que la responsabilidad es completamente suya. Entonces, yo desde mi punto de vista, desde mi punto de vista, y algo que me gusta a mí hacer es siempre, siempre asumir que la culpa es mía. Asumir y ya no te diría culpa, responsabilidad. O sea, no creo que haya culpa como tal. Culpa es como algo malo, ¿no? Pero algo bueno, si algo bueno te pasa, también tienes la culpa. Tal vez no haya sido la suerte, tal vez ha sido tu constancia, tu estado mental, un montón de factores que han hecho que eso, algo bueno, ocurra. Entonces yo prefiero la palabra responsabilidad y siempre prefiero achacármela a mí mismo. Incluso cuando no lo ha habido, incluso cuando ha sido ciencia cierta, que no ha sido cosa mía y ha sido cosa de un tercero, por lo menos prefiero asumir la responsabilidad de que las emociones negativas que han surgido dentro de mí a raíz de lo que la otra persona me ha hecho, sí es mi responsabilidad. Si me afecta lo que hace la otra persona, es mi responsabilidad. Entonces yo prefiero partir desde ese punto de vista.

S: Me recuerda, no sé si conoces a Yoko Willink, que tiene este concepto de extreme ownership, también tiene esta frase de tienes igual libertad, bueno, un tío increíble. Quiero preguntarte de los beneficios, ¿no? ¿Qué beneficios has visto tú que tiene la responsabilidad versus el hacerte la víctima? O sea, ¿por qué el asumir tanta responsabilidad, David?

DT: La responsabilidad siempre te lleva a un aprendizaje. Siempre, cada vez que tú asumes la responsabilidad de algo, aprendes cómo hacer las cosas mejor en el futuro. Incluso he tenido, incluso cuando son cosas que no son culpa tuya, pero que te han afectado directamente y asumes la responsabilidad, asumes la responsabilidad de que tú te has asociado con un individuo que no era el adecuado para conseguir X objetivo y que ha fracasado porque tú has decidido confiar en ese individuo. Entonces aprendes que la siguiente vez que se dé una situación igual voy a mirar más detalladamente las características de la persona con la que decido unirme para ver si cumple con esas expectativas ahora que quiero conseguir de nuevo ese objetivo. O sea, siempre hay un aprendizaje detrás, siempre hay chicha que sacar. Y cada vez que asumes responsabilidad por cualquier evento, tú cambias, rompes ese status quo. O sea, te lo cargas, aceptas el cambio, dejas de identificarte con un modelo de pensamiento concreto y van viniendo cositas dentro de tu cabeza y se va formando una persona más coherente, con mayor poder de tomar decisión y que, inherentemente, al final no conozco a ninguna persona responsable y lógica que le haya ido peor en su vida por serlo. Nunca, nunca me ha ocurrido.

D: Fíjate, David, que queríamos hablar después de la autoestima, de la autoconfianza, pero me vais a permitir que saque el tema ahora a coalición porque creo que está muy relacionado con el tema de la responsabilidad. Creo que para asumir la culpa de las cosas, para asumir la responsabilidad, tienes que contar con una autoestima bastante elevada para permitirte asumir la culpa de lo que haces. Creo que es el paso previo. Entonces, la pregunta que te lanzo referente a la autoestima, ¿cómo podemos empezar a sanar nuestra autoestima?

DT: Pues mira, hay un libro fantástico de un doctor que se llama Nathaniel Branden, americano, que ha dedicado toda su vida a estudiar la autoestima, toda su vida. Y tiene un libro que se llama Los seis pilares de la autoestima. Y en él te va hablando de esos pilares clave de la autoestima y de cómo desarrollarlos. Y define la autoestima de una forma, porque es una cosa muy difícil de definir la autoestima, ¿no? O sea, es de estos conceptos, es como define la felicidad, define el éxito. No es difícil. La gente dirá, autoestima, pues ¿cómo me veo yo a mí mismo? Si estoy contento con la persona que soy, ¿no? Él, después de investigar la autoestima durante toda su vida, define la autoestima recurriendo a… separando la definición en dos, ¿no? Te dice, por un lado, la autoestima es la confianza que tú tienes en tus capacidades para afrontar los problemas que vayan a aparecer en tu vida, ¿no? Que eso cuadra bastante con la definición que tenemos nosotros, ¿no? ¿Cuánto confío en mis propias capacidades para desenvolverme en la vida? Y en segundo lugar, que esta es clave, ¿cuán merecedor me siento yo de la felicidad que deriva del esfuerzo que yo he hecho, ¿no? O sea, ¿me merezco la felicidad? ¿Vale? Entonces, a raíz de esa segunda parte, él crea este concepto de la profecía autocumplida. Cuando tú tienes una mala autoestima, te va mal en la vida. No te puede ir bien en la vida porque no confías en ti y no confías en que tú seas merecedor de la felicidad. Entonces, cuando tienes una baja autoestima, no te atreves a hacer las cosas porque crees que las vas a hacer mal. Cuando las estás haciendo y te has atrevido a hacerlas, tu baja autoestima te sabotea y hace que no las hagas bien para cuadrar las acciones con esa baja autoestima, con esa mala percepción que tienes de ti. Entonces, esto sirve un poco a colación para introducir la importancia tan brutal que tiene la autoestima, ¿no? Si no la haces consciente, es imposible trabajarla, muy difícil. O sea, a lo mejor, yo que sé, hay un 2% de personas que los factores dentro de su vida, ya os digo, los padres, sus relaciones, sus estudios, todo ha ido tan bien que han conseguido esa autoestima de forma automática, por así decirlo, pero la inmensa mayoría no tiene esa autoestima. Así, tiene que trabajarla. Y trabajarla ya va, por lo que hemos comentado antes, que es muy difícil, por tomar acción. Primero por comprender las cosas, por entender por qué tengo baja autoestima, cómo me han tratado mis padres, cómo ha sido mi trabajo en la universidad, mi trabajo en mi propio puesto laboral, cómo me desenvuelvo yo, cómo puedo ir mejorando. Cuando me veo al espejo, me gusta lo que veo, si no me gusta, voy a entrenar, voy a comer mejor. Si me cuesta mucho pensar en ciertas cosas y mantener mi paz mental, voy a empezar a meditar, voy a hacer un pequeño retiro sabático, voy a empezar a introducir pequeños cambios que a mí me mejoren muy, muy, muy poquito a poco como persona. Muy poquito a poco. La gente, ¿qué ocurre? Que hoy en día queremos estos cambios brutales, radicales, ¿no? Vemos ahí como las personas de repente leen un par de cosas y parece que se vuelven eruditas, entrenan durante dos semanas un programa concreto y la foto «nunca editada con Photoshop» parece que está todo, vamos, o sea, que ha sido un entrenamiento brutal y nosotros no tenemos tiempo, pero la clave es muy, muy poquito a poco. La autoestima mejora a la vez que tú mejoras como persona, muy, muy poquito a poco. Entonces, es esa paciencia que tenemos que tener.

D: Dos temas que has sacado a colación. Para mí la autoestima está muy vinculada a la autoconfianza. Me explico, si a ti te fallas, vas a tener menos autoestima porque vas a confiar menos en ti. Si yo, por ejemplo, te digo, David, mañana me levanto a las 8 de la mañana y voy a hacer esto y esto y esto. Si el primer día son las 8, apago el despertador porque tengo sueño, me doy la vuelta y me levanto a las 10. Bueno, si el segundo día digo, no, no, hoy sí que sí, me levanto a las 8. Si vuelvo a fallar, el tercer día ya no confío en mí, no confío en mí. Por lo tanto, mi autoestima es imposible que sea la adecuada porque he perdido toda la confianza en mí mismo. Y luego también creo que la gente o la mayoría de las personas, a mí eso me pasaba hace años, vinculamos la autoestima simplemente con el aspecto físico, con el no tener complejos físicos, con el vernos bien delante del espejo y creo que es muy importante, la parte física desde luego, pero es mucho más la autoestima que la parte física.

DT: Muchísimo más, muchísimo más. De hecho, la parte física yo creo que simplemente es a lo mejor, no sé si decirte un 15% como máximo de lo que sería la autoestima. Hay gente con mala, con mal físico que tiene la autoestima por las nubes. O sea que tampoco diría eso. Y me ha gustado mucho, me ha gustado mucho el tema de la autoconfianza y sobre todo el fracaso percibido cuando tú has hecho un compromiso con tu éxito. Ahí es donde realmente se mina mucho la autoestima y se mejora mucho la autoestima. Cuando tú, lo que hemos comentado antes, cuando tú voluntariamente te expones a ese sufrimiento, vas a crecer y tu autoestima va a mejorar. ¿Qué ocurre si te expones voluntariamente a ese sufrimiento y luego te arrugas? Te arrugas, no te ves capaz, tienes la autoestima tan baja o eres tan perezoso o tienes tan malos hábitos que te arrugas y no lo haces. Eso es un golpe durísimo para la autoestima y te la baja una barbaridad cuando tú te propones cosas y te fallas a ti mismo.

S: Y yo creo que hay una cosa también que hila un poco con todo que es el tema de compararnos. Porque yo, por ejemplo, si quiero asumir retos, si la responsabilidad es ponerme a cierta dosis de sufrimiento, digo, venga, me voy a apuntar al gimnasio y voy a levantar 100 kilos en press banca y no has entrenado en tu vida. Entonces, te fallas a ti mismo, pero porque te has puesto unas expectativas irrealistas por compararte con el resto. Y aquí entro ya, no estaba en el guión, pero siempre acaba saliendo en las entrevistas, que es el tema de compararnos en redes sociales. ¿Y qué impacto tiene eso? Pues en nuestro bienestar, en nuestra autoestima y en un montón de cosas. Quiero saber tu opinión, David.

DT: Pues muchísimo, muchísimo. Sobre todo porque ahora mismo la comparación, yo creo que la comparación tiene un componente sano, tiene un componente de querer alcanzar algo que alguien tiene que tú ves que ha conseguido. Todos tenemos ejemplos, todos tenemos referentes, que no nos comparamos con ellos de forma tóxica. A mí me encanta Jordan Peterson y si su último libro se vende genial, yo no pienso, coño, me da rabia, ojalá yo vendiera eso. No, no, pienso, eso es, este es mi ejemplo, vamos allá. Entonces, hay un componente muy sano dentro de todo este ambiente de exposición pública que hay de las ideas y el trabajo de los demás, que yo creo que es muy sano. ¿Qué problema hay cuando vemos únicamente los resultados sin ver el trabajo que hay detrás? Tú ves a Jordan Peterson, por ejemplo, porque he puesto este ejemplo, y hay entrevistas en las que te habla de las enfermedades de toda su familia, que han sufrido depresión, que han estado toda la vida de hospitales en Rusia, que el tío ha dado no sé cuántas mil clases y tiene no sé cuántas mil vídeos en internet. O sea, es una barbaridad el trabajo que ves detrás y te lo expone él muchas veces. Él cuando habla te dice, no, no, yo es que he hablado con 300 personas con este síndrome de ansiedad concreto y después de esto… Y dices, es que el tío ha hablado con 300 personas con síndrome de ansiedad. O sea, yo ni siquiera he hablado con 300 personas dentro del desarrollo personal y él ha hablado con 300 personas solo de esa cosa específica. ¿Qué cantidad de trabajo ha hecho? Se lo merece. No me causa rechazo compararme con él, me causa admiración. Me hace ver que hay un objetivo elevado que yo puedo alcanzar. ¿Qué ocurre? Que eso no es la mayoría de los casos, obviamente. La mayoría de los casos es que tú ves esa foto, tú ves ese vídeo concreto, tú ves esas cosas que nunca sacan a la luz el esfuerzo que ha habido detrás. Siempre te ofrecen solo el resultado. Entonces cuando tú solo ves el resultado, no comprendes el esfuerzo que hay detrás, es muy fácil sentirse mal. Es muy fácil sentirse mal porque te da la sensación de que tú no lo tienes por azares de la vida. No porque no te hayas esforzado sino porque has nacido en un país concreto, con una genética concreta, con una inteligencia concreta. Entonces es muy fácil sentirse mal. Pero hay que tener mucho cuidado. Con eso yo abogo siempre a que nunca intentemos pillarnos a nosotros mismos cuando sintamos esa envidia subconsciente por ver un resultado, interiorizar que ese resultado puede ser falso. Porque muchas veces hay Photoshop, hay muchas cosas así. Ya no solo por ejemplo con el físico que estábamos comentando antes, tema de esteroides, sino que las fotos y los vídeos están hechos justo después del entrenamiento con la luz concreta para resaltar esos músculos. Entonces también tengamos mucho cuidado con este tipo de cosas.

S: Eso, yo te iba a decir que muchas veces lo que se muestra no está respaldado con resultados, que tu libro te lo han escrito. Mil ejemplos de lo que tú decías, que entrenas pero usas otro tipo de productos o incluso te haces una foto en un momento concreto, lo que tú decías. O sea, tampoco nos fiemos de lo que se muestra porque muchas veces no es una representación fiel de los resultados y del éxito.

D: Por aquí David se pasó la persona que le ha escrito algún libro al Rubius, imagínate.

DT: ¿Sí?

D: Sí, sí. Por aquí también somos muy fans del señor Langosta. A ver si algún día lo conseguimos traer al podcast. Si lo traemos al podcast te avisaremos David y haremos una mesa redonda con él, los 4. Y luego nos vamos de caña, si hace falta. Al final todos los temas estamos viendo que están todos relacionados entre sí. Ahora ha hablado Sergio de las comparaciones en redes sociales y yo quiero hablar de la validación, que son temas parecidos pero no son lo mismo. Antes de lanzarte la pregunta te voy a hacer otra pequeña pregunta. ¿Estamos programados para bailar TikTok, para hacer bailes en TikTok, David?

DT: Esto está muy bien porque justo hoy me has pillado que he escrito un libro, un libro, un vídeo, el guión de un vídeo sobre TikTok, sobre TikTok. Y hablo sobre esta validación y hay un punto concreto dentro de este fenómeno que lo llamo la fama insulsa. Lo he llamado así por lo que me ha salido y me parece que representa muy bien todo esto. ¿Qué ocurre? Nuestro cerebro está programado para intentar encajar. Esto viene de las tribus, de cuando eran 20 personas y como no encajaras te echaban de la tribu a la sabana y tú estabas muerto básicamente. Entonces eso sigue programado dentro de nosotros. ¿Qué ocurre? Que hoy en día aunque estemos solos, aunque no tengamos amigos podemos sobrevivir, podemos crear nuestro proyecto, apañarnos por nosotros mismos, pero seguimos teniendo ese condicionamiento dentro tan grande. ¿Qué ocurre entonces? Que cuando obtenemos validación y el beneplácito y todos los demás y nos hacen un cumplido, nos hacen sentir bellos, queridos, útiles, cualquier sensación que a nosotros nos eleve como persona dentro de la sociedad, eso libera mucha serotonina dentro de nosotros. Nos hace sentir muy bien. Entonces eso es un mecanismo estupendo. Que una persona te reconozca, te diga cosas buenas y a ti eso te agrade es lógico, es natural y está bien. ¿Qué ocurre? Que cuando ya esa validación puede venir de todo el mundo, a través de todo tipo de medios, de una forma ultra inflada por así decirlo, de una forma chetadísima, empieza a distorsionarse ese mecanismo que tenemos dentro de nuestras cabezas. Empezamos a perseguir la validación como un objetivo, porque nos hace sentir muy bien. Y además de que todo este sistema de redes sociales que nos hemos montado es como una… Hemos creado un nuevo idioma, por así decirlo. A mí me gusta verlo así. Hemos creado el idioma del like. Que no nos damos cuenta, pero el me gusta, el like, es una fuerza muchísimo más poderosa de lo que pensamos. El like es un nuevo idioma, un idioma que además se entiende todo el mundo. En todo el mundo, el pulgar arriba, el corazón, se entiende en todos lados. Y es muy poderoso. Parece un número, pero ese número se traduce en serotonina en la persona que lo recibe. Y hay personas que se están configurando su vida a través de ese idioma. Antes que preocuparse por crecer como personas, por desarrollarse, por tener buenos hábitos, estar enfocadas en eso, en obtener esa pequeña validación. Y eso nos lleva a lo que yo llamo la fama insulsa, que es lo que he comentado antes. Que es la fama, no la fama merecida porque tú has destacado en un campo concreto y ha sido una consecuencia de tu esfuerzo, sino una fama perseguida porque tú deseas obtener esa validación de los demás. Y eso te lleva a hacer tonterías, te lleva a hacer el ridículo. Te lleva a… ¿Para qué voy a bailar bien si puedo hacer un bailecito con un buen escote y eso me va a dar validación? ¿Para qué voy a preocuparme por hacer un podcast de una hora interesante si puedo hacer un vídeo de 30 segundos con un consejo que va a tener millones de visitas porque tengo cierto físico o tengo cierta voz o tengo ciertos atributos que también llaman la atención. ¿Por qué voy a hacer todo ese trabajo si cada vez está más demostrado que sin hacer el trabajo yo puedo obtener esa validación? Ah, amigo, pero ¿cuál es el objetivo? ¿Tu objetivo es tener fama y validación? ¿Tan poco vales que eso es lo que realmente quieres? ¿O lo que quieres es poder influir realmente los demás porque tú te has convertido en un ejemplo? Ahí ya dejo la pregunta y que cada uno decida lo que quiera decidir.

D: Eso es, que cada uno reflexione. Y ya que tengo una pregunta, y es que, bueno, incluso echando la vista atrás y me pongo a mí mismo de ejemplo, yo también estaba en este círculo de buscar la validación hasta que, joder, fui consciente, digo, David, esto lo estás haciendo porque quieres hacerlo o realmente porque estás buscando la palmadita de alguien. También pienso que al final de una manera o de otra todos buscamos la validación. Creo que es imposible sobrevivir sin tener un mínimo de validación. Creo que nuestra autoestima no podría aguantar sin que nadie nos validara de alguna forma. Entonces te pregunto, David, ¿cómo podemos romper ese círculo vicioso de búsqueda de validación?

DT: Yo creo que lo primero de todo es ser consciente de que existe. Yo creo que toda la base de todo, absolutamente todo, es ser consciente de cómo te afectan las cosas. Ser consciente de que tú cuando recibes un like no simplemente es un like, que tú cuando entras y ves muchas notificaciones eso tiene un bombardeo estimulante en tu cerebro. Entonces, en cuanto eres consciente de eso y te das cuenta de eso, es lo que tú has hecho. O sea, tú lo has dicho, tú has dado esa solución ahora mismo. ¿Por qué hago esto? Hazte esa pregunta. ¿Por qué hago esto? ¿Lo hago porque me sienta bien ver esos numeritos o lo hago porque realmente creo que estoy aportando y estoy creando contenido y al mismo tiempo yo me estoy mejorando como persona? ¿Qué tiene más peso? Si vas a subir una foto o cualquier cosa que como tú dices, cierto contenido de validación y cierto porcentaje de validación siempre vamos a buscar en los demás. Nos gusta y yo creo que es hasta sano. Es hasta sano querer encajar. No podemos ir por la vida, «nos da absolutamente igual lo que piensen de mí, voy a ir sin camiseta, voy a ir hecho una guarrada, no me voy a lavar los dientes, no voy a utilizar jabón…»

D: Lo que pasa es que tengo la teoría de que la gente que más repite me da igual lo que piensen de mí es la gente que más le importa lo que piensen de él.

DT: Seguramente, seguramente. Y lo que hace cuando dice eso en voz alta es reforzarse a sí mismo, ¿no?

D: Señalizar, ¿no? Que además Sergio habló hace poco de las señalizaciones.

S: La persona que dice eso es porque quiere saber, quiere demostrar a los demás que no le importa lo que piensen. Entramos en un bucle vicioso.

DT: Sí, sí. Justo, cuando ves a cada persona… Si una persona repite mucho yo no hago esto por esto o yo hago esto por esto o yo siempre no sé qué, es… ándate con ojo seguramente te está revelando sus motivos ocultos.

D: Es como el millonario que dice «Soy millonario pero voy en el mismo coche que hace 30 años». Y te lo repite en cada podcast que va y en cada entrevista que va. La necesidad de demostrar… Como que me podría comprar un Lamborghini pero no, que sepas que voy, que soy igual que tú, que me rebajo a tu nivel y voy con un coche de hace 20 o 30 años.

DT: Justo, yo otro día tenía una conversación muy interesante con un amigo, que fíjate que es un amigo que no está nada puesto en este tipo de cosas, nada puesto. Y me dijo una cosa que dije yo, qué cabrón, qué cabrón. Me ha pillado a mí, creo que ha pillado a muchísima gente y es algo que no me he dado cuenta yo hasta este momento que me lo ha dicho y voy a tener que reflexionar sobre ello porque creo que estoy cayendo en ese error. Me dijo, que digo, pero ¿de dónde han salido estas palabras? Me dice, la gente que necesita resaltar la escasa fuerza de voluntad de los demás es porque a través de ese resaltamiento de la escasa fuerza de voluntad de los demás, él se sitúa con sus palabras como una persona con una voluntad muy grande. Y no necesita actuar, sino que lo que necesita es minorizar a los demás, incluso dando la sensación de que lo hace de forma positiva. Y eso es algo macho que yo creo que hacemos, que tú y yo hacemos. Fíjate, no es que la gente inconsciente, la gente hace esto, fíjate lo mal que lo hacen. Y en ese momento nos estamos situando un poco por encima simplemente por decirlo. Entonces también tengamos en cuenta esto.

D: Con buen intención, sin querer, nos subimos a una atalaya casi.

S: Más que subirnos a una atalaya, bajamos a los demás. Entonces nos ponemos…

D: Pero si bajamos es porque estamos arriba, ¿claro?

DT: Sí, sí, sí. Eso es. Entonces, lo que dices, que cierto componente de querer esa validación, de querer ser superiores, al final lo que más le importa al ser humano es sentirse importante. Y una vía para sentirse importante es viendo que otros no son tan importantes como nosotros. Y eso está inscrito en nuestra genética. Eso no podemos evitarlo, podemos controlarlo, podemos redirigirlo de una forma sana. Que en el fondo este proyecto, el mío, el vuestro, no deja de ser una forma también de redirigir esas ganas de adquirir conocimiento y colocarnos un poco por encima de la media en cuanto a conocimientos sobre desarrollo personal, sobre hábitos y este tipo de cosas, pero difundirlos. Difundirlos e intentar que los demás también compartan esta parte tan bonita de la vida con nosotros. Pero mucha gente no lo hace. Mucha gente lo que se basa es en criticar, mucha gente lo que hace es intentar pues lo que ha dicho Sergio, ¿no? O sea, reducir a los demás de forma muy explícita para sentirse bien con ellos mismos. Entonces tenemos que hacer un pequeño balance ahí. Voy a perseguir validación, por supuesto que voy a perseguirlo, pero intentemos que esa validación que persigo sea consciente. O sea, en el momento en el que te ves que todas tus fotos las subes para, si eres chica, para enseñar el escote o si eres tío, todo el rato con el bíceps, todo el día…

D: Además se ve muy rápido, cuando te metes al perfil de una persona en Instagram, las últimas 20 minutos ya te dicen qué entidad tiene esa persona.

DT: Se ve rapidísimo. Y de qué depende además, de qué depende esa liberación de serotonina. En muchas personas se ve que depende de los likes y de los comentarios. Entonces tengamos cuidado en el momento. ¿Qué quieres subir una foto porque dices, coño, qué guapo salgo aquí, qué bueno estoy? Voy a subirla porque me apetece subirla y me apetece ese chute de validación. Pero, coño, lo estás diciendo, te estás dando cuenta. Me apetece ese chute. No piensas, seguro que a alguien mi cuerpo le anima el día hoy. No, no, no, no dependas de eso. El problema es el autoengaño. Al final es consciencia.

D: Y para cerrar este tema, David, ¿tú crees, antes te he hablado de los bailes de TikTok, tú piensas que verdaderamente la gente que hace bailes de TikTok disfrutan haciéndolo? Que parece una pregunta un poco de coña, pero es que es importante.

DT: Pues no lo sé, o sea, supongo que habrá de todo. Supongo que habrá gente que le encante bailar mal.

D: ¿Es imposible dar una respuesta ahora categórica?

DT: Claro, claro, claro. O sea, yo creo que hay gente que sí.

D: Pero fíjate que yo, por mojarme un poco, ¿vale? Y seguramente me arrepienta estas palabras en tres meses cuando me escuche, pero creo que la mayoría de personas, hablamos siempre del camino, del proceso y del fin, ¿no? Es que ni siquiera disfrutan, no saborean el baile. Están pensando ya en coger el vídeo, subirlo a Reels o subirlo a TikTok, poner hashtags y estar con el móvil a ver cuántos likes, cuántas vistas tiene. Y ni siquiera saborean esos 30 segundos de baile, que a mí me parece genial. O sea, animo a todos a que bailen, por favor, que no se vea esto como una crítica a TikTok ni una crítica al baile. Pero coño, si haces eso, por lo menos saborea el puto baile.

DT: Claro, ahí es donde no podemos entrar demasiado bien. Yo no sé si ese tío o esa tía que te hace el baile de 30 segundos también ha bailado una hora bajo la lluvia porque ha tenido un día, yo qué sé.

D: Yo hablo desde mi contexto, la experiencia que yo he podido tener en mi alrededor de gente que hace este tipo de cosas y veo que al final es que se están pensando, o sea, antes de empezar el baile ya están pensando en acabarlo para subirlo a TikTok.

DT: O sea, que son felices haciendo el baile, no sabría decirte. Que desde luego están enfocados en obtener esa validación a través de ese baile, 100%. Seguro, seguro. O sea, están pensando ojalá que quede bien, tengo que tener la mejor de las sonrisas para que guste a los demás y para yo obtener esa validación. Y sentirme bien con eso. Eso seguro. Que luego habrá personas que lo disfruten, segurísimo. Y de hecho crearán una unión, crearán esa satisfacción que les da y compartirlo con el bailar alguna tontería. Y ya pues bailar una tontería se convierte en algo disfrutable. O sea, si hasta el entrenamiento se convierte en algo disfrutable, cómo no bailar 30 segundos se va a convertir en algo disfrutable.

S: Pues sí. Y quería hablar, bueno, David quería hablar cuando preparó el guión de un tema tan especial que es el tema de la masturbación y el porno. Y que además hemos hablado y fue el vídeo un poco que así que pegó el primer boom. O sea, que es un tema que queremos hablar. Además, yo ahora se ha ido apagando la luz y la escena para el que vea la cámara parece un poco así de chavalillo, además con mi edad, ¿sabes no? ¿Sabéis lo que…?

D: Te faltan los neones en la habitación ahora.

S: Total. Entonces quería preguntarte pues David un poco qué opinas de este tema, ¿no? De la masturbación y de la pornografía. Y cómo nos está afectando como personas.

DT: Pues lo voy a dividir en dos porque yo siempre lo trato como dos temas distintos. O sea, por un lado la pornografía, por otro lado la masturbación. En cuanto a… Voy a empezar por la masturbación porque yo creo que es un… A lo mejor para mí tiene un poco menos de chicha, ¿no? Obviamente está muy unida hoy en día la pornografía. O sea, prácticamente todo el mundo que se masturba lo hace con pornografía. O sea, está completamente ligado. Pero para mí la masturbación… Hay mucha gente que le encanta el nofap y demás, ¿sabes? Y yo veo como un método que de verdad mejora la vida. O sea, además, no que de verdad mejore la vida porque sí que puede mejorarte la vida.

D: El nofap no deja de ser otra cosa que no masturbarse, ¿no? Para la gente que no lo conozca…

DT: Sí, sí, es no masturbarse. O sea, no masturbarse nunca. O sea, siempre hay recaídas y demás pero es como…

D: ¿El sexo rompe, digamos, el juego o puedes tener sexo?

DT: No, tú puedes tener sexo.

D: Simplemente es no masturbarse, ¿no?

DT: Sí, sí, sí, puedes tener sexo. Pero algo me dice, algo me dice que la gente que hace nofap no es la gente que tiene sexo. Normalmente no tiene tantos problemas con la pornografía y la masturbación. Entonces, yo creo que suelen ser más chicos que no lligan, que no… ¿Sabes? Que no… Por cosas de la vida se tira mucho tiempo delante del ordenador y están muy condicionados para ver pornografía. Para mí el nofap, la masturbación, no es mala. O sea, perdona, el nofap yo no lo vería como algo, una fórmula mágica como muchas veces venden. Tengo un vídeo sobre esto y yo no conozco a nadie de éxito con un éxito muy grande que diga que no masturbarse ha sido una de las claves principales de su éxito. Creo que a lo mejor está Terry Crews que es el actor este norteamericano, pero que él lo que tenía era un problema con la pornografía. Y luego hay otros, creo que Tesla, por ejemplo, que decía que no se masturbaba. Y Newton creo que murió virgen. O sea que… Hay temas ahí, pero claro, esos dos no existía la pornografía. O sea, que lo tenían más fácil, por así decirlo. Entonces, para mí la masturbación no es mala como tal. Es mala en el momento en el que se vuelve compulsiva porque depende de la pornografía. Pero yo creo que descargarte de vez en cuando, creo que nuestro cuerpo está bastante diseñado para esa descarga. Creo que el sexo y la masturbación, si se hacen con conciencia y no dependiendo de la pornografía, al final es un resultado bastante similar de que pueden tener esa descarga. Yo ahí no intervendría mucho más. O sea, hay personas que dicen que la energía masculina vital está en el semen y que no puedes tirar esas semillas de vida por ahí. Pero es verdad que luego una vez las tiras, en dos horas lo tienes recargado completamente. Entonces, pues bueno, es un tema muy complicado y cada uno tiene su opinión, pero mi opinión es esa. Que la masturbación es mala en el momento en el que depende obsesivamente de la pornografía, que es lo que lleva a la gente a masturbarse durante horas o a hacerlo varias veces al día y con eso a perder el tiempo y a perder energía. Y en especial, que aquí ya es donde nos vamos a meter en el ajo, en especial a reconfigurar su cerebro para obtener dopamina a través de la pornografía. ¿Qué ocurre con la pornografía? Que es una actividad que genera muchísima dopamina. O sea, ver cuerpos desnudos y a esta velocidad. Recordemos que nuestros bisabuelos, la cantidad de cuerpos desnudos que nosotros vemos en un minuto en internet, ellos no lo han visto en toda su vida. O sea, hasta ese punto llegamos, no somos conscientes, nos pensamos que son solo imágenes, pero son imágenes muy poderosas que causan en nosotros una reacción, que es la reacción de querer reproducirnos al final. O sea, todo sucumbe biológicamente a ese impulso, a ese estímulo. ¿Qué ocurre? Que hay dos factores fundamentales en esa obsesión y en ese peligro que tiene la pornografía. El primero es que se trata de una actividad que tú puedes hacerla irrepetidamente y de forma constante. Si tú entrenas, te cansas. Si tú comes, te llenas. Hay un punto límite en el que tu cuerpo para, te manda una señal de ya está, no puedes más y paras. Con la pornografía no ocurre eso. O sea, tú hasta que no, porque tú eres consciente de cuando decides terminar. O sea, te estás tocando y sabes cuando terminar y puedes parar y postergar ese terminar durante una hora más, si quieres, o durante dos horas más. O puedes terminar y luego por la tarde volver a empezar. No es como el entrenamiento, la comida, que requiere un tiempo de descanso mayor. Y además hay otra cosa que se llama el efecto Coolidge, que es que esto ocurre sobre todo en los hombres, fíjate. Creo que es exclusivamente en los hombres que tenemos, por eso también hay mucha más adicción, de hecho casi toda la adicción a la pornografía es en los hombres, que nos hace buscar la novedad en el tema sexual constantemente. Nos aburrimos muy rápido de la misma persona, sobre todo si es en persona obviamente no, aunque hay que hacer un esfuerzo y traer creatividad a la cama. Cuando son imágenes y son vídeos, ¿vale? A todos los que nos están escuchando y que estoy seguro que han visto pornografía, yo lo he hecho, vosotros lo habéis hecho. O sea, saltamos de un vídeo y de una escena muy rápido, pum pum pum pum. O sea, nadie se traga los tres minutos de fontanería que hay al principio, los tres minutos del pizzero o el médico que hay al principio.

D: Si eso es la mejor parte, te pierdes el guión, te pierdes el arco de la historia.

DT: Claro, claro, claro. Nos saltamos la pela de la parte artística y vamos directos a lo que nos interesa. Entonces, ¿qué estamos haciendo? Reacondicionar nuestro cerebro para que perciba el ver pornografía y el estar sentado delante de un ordenador como una recompensa gigante, que nos aporta una cantidad de dopamina brutal. ¿Qué ocurre? Que cuando reconfiguramos nuestro cerebro para que perciba una actividad como estar sentado masturbándonos delante de un ordenador como algo tan grandioso, porque nuestro cerebro lo está percibiendo como algo grandioso, está percibiendo como una descarga de dopamina que nos hace sentir fenomenal. Lo que hace es que tendamos a no buscar esas descargas en otras cosas de la vida, que no tendamos a buscarlas en entrenar, en leer, en relacionarnos con los demás, en intentar tener relaciones en la vida real porque son mucho más complicadas que estar sentado delante de un ordenador. Entonces, ahí reside el gran peligro de la pornografía, en que reconfigura nuestro cerebro y reconfigura físicamente. O sea, lo reconfigura físicamente, no es que sea como un hábito o algo así ligero, no, no, no. Es que ahí, esto ya lo hablo en mi vídeo, no voy a extenderme mucho, pero la dopamina, cuando se acumula la segregación de dopamina, el cerebro termina generando una sustancia que se llama KREP, ¿vale? Como las creps, se escribe parecido, ¿vale? Y esa sustancia modifica físicamente nuestro cerebro, ¿vale? Entonces, las descargas de dopamina ligeras no lo modifican como tal. Por eso, yo tampoco soy partidario de negar absolutamente todo estímulo visual a la hora de masturbarse. O sea, yo digo, si te quieres poner una foto ligera, macho, ponte ya, o sea, ¿vale? Lo único que intenta no tirarte horas, o sea, redúcelo, o sea, ves directo al grano, no dependas de eso. Si una vez lo haces con estímulo visual, otra vez hazlo sin estímulo visual, asegúrate de que no eres dependiente de ese contenido. Entonces, no va a ocurrir tampoco gran cosa. La cosa que, claro, mantenerse en esa fina línea es muy complicado, entonces muchas personas abogan por la radicalidad absoluta. Pues igual, nos ocurre lo mismo que en el entrenamiento, sobre todo en el mundo de la alimentación. Puedes comerte una hamburguesa una vez a la semana si te apetece y seguir manteniendo de buena forma. ¿Qué ocurre? Que es muy difícil mantener ese punto medio aristotélico sin dejarte llevar hacia el lado incorrecto.

D: Fíjate que a mí si me hubieras preguntado hace unos meses, entre los más jóvenes ahora, la tasa de virginidad, ¿cuál es? Pues te diría que, hostia, pues yo creo que ahora se folla más que nunca, macho. Joder, tienen pinta de que, madre mía, cuánto libertinaje. Parezco aquí un señor mayor hablando de la gente joven, pero resulta que después de escucharte, investigar un poquito, resulta que no es así. Que hemos sido engañados. Resulta que las tasas de virginidad no dejan de aumentar, macho. Entre los más jóvenes, cada vez, sobre todo los chicos, pierden la virginidad más y más tarde. ¿Cómo se relaciona todo esto con el tema de la pornografía, la masturbación?

DT: Pues fíjate, para todos los que nos estén escuchando y les pueda interesar un poco este tema, por ponerlo en cifras, el porcentaje de virginidad, esto entre hombres, entre mujeres también ha aumentado, pero es un poco distinto. En hombres, entre los 18 y los 30 años, entre 18 y 30 años, una franja ahí más o menos de 12 años, en 2008 era del 8%. Del 8% que dices, bueno, no está mal. Un 8% de hombres entre tal, asumo que la mayoría tendrán 18, 19, 20 años y demás, no está mal. Ahora, no lo sé, en 2018, hace cuatro años, es cuando se terminó este estudio, esa cifra era del 27%. O sea, casi un tercio de los jóvenes entre 18 y 30 años son vírgenes. Las mujeres creo que era de un 10% en 2008 a un 17%. O sea, ha habido un aumento, pero ha sido menos radical. Entre los hombres se ha triplicado, o sea, ha sido impresionante. Entonces, ¿por qué tenemos esa sensación de que todos los jóvenes ahora mismo como que la pierden más rápido y demás? No es así, es simplemente que como en Internet este tipo de contenido está más a la orden del día, nos da la sensación de que la sociedad es más abierta sexualmente. Y cuando nos da esa sensación pensamos que los jóvenes también lo hacen antes y la realidad es que no es así. De hecho, todo lo contrario. O sea, un joven ahora mismo, no sé vosotros, Sergio a lo mejor no, porque es más jovencito, pero yo me acuerdo que a mí cuando era joven mis padres tenían el panda en el ordenador y era un problema. O sea, cuando surgió Internet era como un problema el que mi hijo no acceda a este tipo de contenido. O sea, los padres todavía se le ocurraban un poco. ¿Qué ha ocurrido? Que el avance ha sido como poner una pequeña valla de madera contra un oleaje brutal, contra un tsunami. Han dicho que no se puede hacer nada. O sea, es que ya ni te ponen la pestañita de tienes 18 años al entrar a una página web.

D: Han dicho, pero ¿para qué? Vamos a dejar de hacer ya la gracia esta.

DT: Vamos a dejar el paripé porque es imposible controlar esto. Es imposible. El control tiene que ser autocontrol, no puede ser control de forma externa. ¿Qué ocurre? Claro, que los jóvenes pues lo que decíamos antes, esa dopamina obtenida del ámbito sexual, ¿dónde es más sencillo conseguirla? ¿Tengo que ir a una discoteca? ¿Tengo que salir a hablar con una chica cuando yo no sé hablar con chicas? ¿Tengo que intentar seducirla? ¿Tengo que intentar hacer las cosas bien y aprender cómo funciona? Ya me hago la paja en casa, venga. O sea, es que es mucho más fácil, mucho más fácil obtener esa liberación de dopamina en el ámbito sexual a través de eso. Y eso lo que ocurre es que ni quieran trabajárselo, ni quieran currárselo. Y porque además es algo muy complicado de currárselo. Y los estándares cada vez son más altos. Las mujeres también tienen unos estándares cada vez más altos porque pueden contemplar a los hombres de más éxito a través de las redes sociales. Y además compiten en un mercado como Tinder y cosas de estas. Antes tú competías con tus amigos de clase. Ahora es que compites en Tinder con el millonario que tiene tres pisos en Madrid, que tiene 34 años y es jodidamente atractivo. O sea, que es que el campo de competición, la arena por así llamarla, es muchísimo más abierta ahora y es muchísimo más difícil de participar. Entonces, la consecuencia es esa. Porque al final los jóvenes tiran un poco la toalla y prefieren no obtener ese placer.

D: De hecho, la ley de Pareto se da en Tinder. Se hizo un estudio de que el 5-10% de los hombres se llevaban el 80-90% de las mujeres que hay en Tinder.

DT: Eso es, eso es, macho. Es que es brutal. Dices 80% de las mujeres que hay en Tinder ligan con un 20% de hombres. O sea, vaya diferencia. Pero sí, es así. Ocurre eso.

D: Oye, y has hablado de los cambios que se pueden dar en el cerebro de manera física a partir de ver pornografía o ver demasiada pornografía. Y yo te quiero preguntar más para bajarlo a tierra sobre esos cambios a nivel de conducta. Si yo ahora mismo te estoy escuchando y yo veo pornografía, ¿cómo puedo saber si realmente me estoy pasando? ¿Cómo puedo percibir si tengo alguna conducta que me dé esa señal, ese sentido arácnido nuevo que tenía Spiderman que diga, hostia, estoy ahí en la fina línea entre lo sano, lo saludable por llamarlo de alguna manera, o, hostia, es que esta visualización excesiva de pornografía me está haciendo que mi comportamiento no sea natural, no sea el que yo tendría si no viese pornografía.

DT: Pues hay muchos. En los casos más extremos puede llegar a síntomas de depresión, a sentir que no eres querido porque, como digo, no has trabajado esa parte relacional de ti mismo y dependes de ese contenido. Una señal muy muy clara es, que nos ha ocurrido a todos, es cuando terminas sentirte una mierda. Claro, claro, O sea, terminas y dices, qué gilipollas soy, qué pena doy. Si tienes ese sentimiento macho es hora de cambiar. Es hora de cambiar porque cuando lo haces bien, cuando te masturbas bien, aquí esta es mi propia definición, rápido y sin estímulos, yendo al grano porque es lo que quieres, no te sientes mal. O sea, es que no te sientes mal y dices, estaría hecha, me voy a otro lado. Pero cuando has perdido dos horas, una hora, yo qué sé, el tiempo que te hayas tirado haciéndolo y te sientes mal, eso es una señal muy clara. Tienes poca energía, te apetece poco ver a los demás, no tienes hobbies con los que sí puedas obtener esa dopamina. O sea, si se da ese conjunto de cosas y tú te tiras mucho tiempo delante de la pantalla, además tienes una actitud así como desesperanzadora con todo el tema sexual. Yo veo muchos hombres que tienen una actitud de desesperanza, como diciendo, es que ya no vale nada la pena. Algunos culpan a las mujeres, es que las mujeres hoy en día son materialistas y no pueden tener relaciones. Otros culpan al entorno, otros culpan a Tinder, a la tecnología, yo qué sé. Pero si te ves a ti mismo culpándote y no haciendo el esfuerzo, pero aún así te tiras ahí todos los días tu buen ratito delante del ordenador consumiendo pornografía, bueno, date una señal. Y además yo siempre digo pruébalo. Porque claro, yo a raíz de este vídeo muchas personas de mi entorno me han preguntado, primero, ¿tú lo haces? ¿Tú consumes pornografía? Yo digo, no, pero yo a veces me doy el lujo de algún estímulo visual porque me gusta, coño, también soy humano y me gusta hacerlo. Segundo, ¿realmente sirve para algo? ¿Realmente hay una dependencia hacia la pornografía y tiene algún beneficio quitársela? Yo siempre digo, pruébalo. Tírate un reto de una semana sin consumir nada de pornografía. Pruébalo. A ver si lo consigues. Porque la mayoría no lo consigue. La mayoría que parten desde ese punto de vista escéptico, esa idea no les gusta nada. Entonces ahí tienes una señal muy clara. Si no te ves a ti mismo sin hacerlo durante una semana, es como el que fuma, yo que sé, 20 cigarros al día y dice que no, que lo hace porque le gusta. Ya pues prueba a estar una semana.

D: El que lleva 40 años fumando pero lo puede dejar cuando quiera, ¿no?

DT: Justo, justo, justo. Pruébalo, pruébalo. Y en cuanto lo pruebas es que se ve macho. Porque es que los cambios además son bastante brutos y bastante rápidos. O sea, te tiras una semana sin hacerlo y ya no solo que se te va reacondicionando el cerebro para no buscar la dopamina ahí, sino que además tú te sientes muy bien contigo mismo porque ves que eres capaz de no depender de ese contenido. Te sube la autoestima.

D: Rescatamos la autoconfianza, la autoestima.

DT: Y esa espiral positiva, macho, que se va retroalimentando. No quiero ver pornografía. Salgo más a la calle para estar menos delante del ordenador. Salir a la calle a lo mejor lo reconduzco hacia entrenar o hacer cosas productivas. No utilizo el ordenador. Estoy menos delante de una pantalla, que también es un estímulo bastante negativo para nuestro cerebro. Me siento bien conmigo mismo por no hacerlo. Y así, pum, de la nada te creas un podcast y un canal de desarrollo personal y estás aquí dando consejos a la gente sobre este tipo de cosas. Y además te sonríe la vida. O sea que, coño, para todos los que lo estén escuchando y estén ahí un poco dudosos, que lo prueben.

S: Yo creo que el sentir que tienes control sobre… un poco de control sobre tu vida, aunque sea meramente ilusorio, pero la capacidad de decir que ha salido el tema antes, y creo que con la pornografía es un beneficio que tú comentabas, creo que esa sensación es que es irreemplazable. O sea, el sentir que tú puedes decidir que tienes cierto poder de acción sobre lo que te pasa y sobre los resultados que obtienes. Esa sensación es que de verdad que es…

DT: Lo es todo. Lo es todo. El libre albedrío. El decir, hay mucha gente que cree en el destino y este tipo de cosas. Yo no creo en absoluto. Yo creo que hay ciertas partes que están determinadas de nuestra vida, obviamente, pero creo que hay de poder de decisión. Y de que tú te ves al espejo y ves tus resultados y ves la persona que eres y estás orgulloso y dices, esto ha surgido porque yo lo he hecho posible. Y en cuanto eres capaz de ese poder que tienes sobre ti, que tú para ti eres la persona más importante del mundo y con toda la razón, con toda la razón, ¿vale? Empiezas a vivir bien, empiezas a tomar buenas decisiones, empiezas a dejarte llevar mucho menos por estímulos porque dices, espera, tengo este poder. Ah, pues también tengo el poder de decir que no a esto. Dices, pues no, hoy no. Y empieza a cambiar tu vida poquito a poco. O sea, que comparto lo mismo contigo. El tener ese poder, ese control sobre tu vida ayuda muchísimo.

S: Y también otro punto que, bueno, quizá aquí sí que ya es más sesgado y es una percepción personal. Creo que, al menos yo, o como veo un poco el pasado a las generaciones que me han sucedido, creo que se está perdiendo un poco el sacrificio como valor a nivel de postergar las cosas, que es un tema que ha salido también. Y creo que, bueno, que la masturbación es un problema que surge por esa incapacidad de postergar. Por ese querer todo ya. O sea, no sé, como yo lo veo mucho en mis compañeros, porque yo sigo yendo a la universidad, veo como que son muy impacientes. O sea, no veo cómo se masturban, ¿vale? Pero veo que son muy impacientes, que quieren las cosas para allá, que no han acabado la carrera y ya quieren tener el mejor trabajo del mundo. Y a veces a mí me pasa, ¿eh? O sea, yo quiero ir a 200 por hora y mi coche solo puede ir a 120. Pero creo que viene ahí también esa reflexión simplemente.

DT: Desde luego, desde luego. No, no. O sea, la masturbación no deja de ser de un querer obtener ese placer sexual que, además, dentro de nosotros es muy potente e influye muchísimo más en nuestras decisiones de lo que pensamos. Esto se ve en la pirámide de Maslow, que imagino que ya habréis visto alguna vez. La segunda, el segundo fragmento partiendo de abajo, está las relaciones y la sexualidad. Nosotros no somos conscientes, pero muchas veces dentro de querer entrenar, dentro de querer hacer un proyecto con éxito y este tipo de cosas, está escondida las ganas de tener una relación y las ganas de disfrutar del sexo y de ser visto con mejores ojos por el sexo contrario, si te gusta el sexo contrario. Está muy escondido ahí dentro. Pero obviamente es algo que requiere mucho esfuerzo, requiere trabajo. O sea, requiere saber muchas cosas y más con el ambiente que hay hoy en día. Y como tú bien dices, tener esa vía para liberar de forma, voy a decir como, no sé, como insulsa, recuperamos la palabra, ¿no?, de antes. O sea, de una forma de fake, ¿no? O sea, es como tener ese placer haciendo trampa, por así decirlo. Es mucho más viable para las personas que no tienen paciencia, pero mucho menos, como diría, recompensador. O sea, la recompensa no tiene nada que ver, nada que ver. Y cualquiera que haya tenido una relación sana, una relación con una chica que le guste, aunque sea algo corto y aunque se haya roto y duela, vale mil veces más. O sea, ¿de qué paja te acuerdas tú? O sea, cuando miras a tu pasado, cuando dices ¡oh, qué buena masturbación me hice ese día! Nunca, nunca. O sea, no vale nada, no vale nada. En cambio, te acuerdas de todas las relaciones sexuales que has tenido, de todas las relaciones románticas, de todas te acuerdas. Y de los sentimientos y de todo lo que te aportó. Entonces, ¿por qué no centrarnos más en ser mejores a la hora de buscar la recompensa por esa vía que te la vas a llevar a la tumba además? Te la vas a llevar a la tumba si no te la llevas a tener hijos y a tener cosas más significativas en la vida.

D: Y fíjate, David, que todos los temas que estamos tratando entroncan en un tema que es la toma de decisiones. Es el decidir qué hacemos ahora y qué vamos a hacer en el futuro. Nosotros hemos hablado mucho de decisiones, de cómo influye la razón y las emociones en las decisiones. Hemos hablado de cómo las emociones nos influyen mucho más de lo que nos gusta aceptar. Y se está demostrando cada vez más de que tenemos cierto control sobre todas las decisiones que tomamos en nuestras vidas. Al final, reaccionamos. La mayoría de veces reaccionamos a los sucesos que nos ocurren. Entonces, lo que te quiero preguntar, tú que también conoces muy de cerca la filosofía estoica, que habla mucho de la gestión de las emociones. Las filosofías estoicas se han entendido mal. Muchas personas creen que lo que buscaban era cancelar estas emociones, anularlas. Pero sí que es verdad que, aunque no buscaran anularlas como tal, de alguna manera, entre líneas te estaban diciendo que no eran buenas, que mejor intentar echarlas a un lado. Yo pienso, y creo que Sergio comparte mi idea, de que sí son buenas. Y gracias a ellas estamos hoy aquí. Hemos aprendido que quizás algunas de esas emociones están caducas para la sociedad que vivimos hoy en día. Y lo que te quiero preguntar es, se habla mucho sobre todo en el desarrollo personal. La filosofía estoica, controla tus emociones, domínalas, gestiónalas. Pero hasta qué punto real, ya que hablamos de sentido común y de nuestro día a día, podemos controlar esas emociones. Si yo voy por la calle con mi pareja de la mano y le pegan un puñetazo, ¿hasta qué punto yo puedo decir, David, lo más inteligente que puedes hacer es no pegar a la persona que ha agredido a tu pareja? Porque si le pegas vas a salir mal parado, porque esa persona puede sacar un cuchillo, o luego tú puedes ir a cárcel, bla, bla, bla. Eso sería, digamos, una reflexión, las conclusiones que podrías sacar. ¿Hasta qué punto podemos controlar nuestras emociones? ¿Qué piensas sobre ello?

DT: Yo creo que, fíjate, y esto va en contraposición de la creencia que yo tenía hasta hace unos años, yo creo que somos mucho más emocionales de lo que pensamos. Y cada vez que tengo más consultas privadas y hablo con más personas y veo, leo más y veo más las experiencias vitales de otras personas, me doy cuenta de que nosotros tomamos decisiones basándonos en nuestras emociones y después utilizamos la lógica y el razonamiento para justificarlas. ¿Por qué nos hemos dejado llevar por esas emociones? Ves unos pantalones que te gustan, tú no necesitas unos pantalones, pero como te gustan, pum, los pantalones que tú tenías antes ahora resulta que están rotos y están jodidos y necesitas unos nuevos. Nos ocurre esto en todo tipo de ámbitos. Entonces, hay un componente emocional enorme, enorme. Y la lógica y el razonamiento y el calmar las emociones es algo que debe entrenarse. O sea, uno puede ser una persona imperturbable y proactiva, o sea, reactiva en el sentido de que reacciones rápidamente a las emociones, proactiva en el sentido de que eres capaz de calmar y darte cuenta de cómo esas emociones están naciendo dentro de ti y cómo vas a utilizarlas a tu favor o a tu contra. Porque muchas veces las emociones pueden jugar a tu favor y sentir una emoción de alegría, de motivación y demás puede hacer que persigas un objetivo y tomes una acción concreta que es buena para ti. O sea, dejarse de llevar por las emociones no siempre es malo. Muchas veces es bueno, pero muchas veces también es malo y te hace quitar ese factor de lógica, quitar ese factor de razonamiento y llevarte a tomar malas decisiones. Entonces, yo creo que es algo que debemos cultivar. Debemos cultivar esa imperturbabilidad para darnos cuenta de si dejarnos llevar al menos por esa emoción es algo bueno o algo malo. ¿Qué resultado puede haber aquí? Y algo que a mí me funciona fenomenal y que recomiendo muchísimo, macho, es postergar tu respuesta. Nos hemos criado, que además esto fíjate es algo que dice Pedro también en algunos de sus vídeos, si lo he escuchado hablar, nos hemos criado para dar respuestas automáticas a todo. Él decía, estamos en el colegio, nos hacen una pregunta y como no respondas enseguida, aunque sea no lo sé, pero como no respondas te dicen, qué maleducado eres, qué irrespetuoso, te están hablando.

D: ¿Cuántas cagadas hemos cometido, verdad, por no contar hasta 10 simplemente?

DT: Por no contar hasta 10 y no darnos tiempo a razonar, a gestionar las cosas. Entonces, cuando algo te frustre y genere emociones dentro de ti, porque es que además uno se va volviendo bueno en identificar esas emociones. O sea, yo llego a un punto que cuando ocurren cosas, pues con mi chica cuando me dice cosas que es muy directa y no me gustan y empiezo a notar ese, me está juzgando, me está invalidando, no soy una buena persona, no soy un buen novio, cosas así, ya empiezo a notar esa mierdecita que nace dentro y esto te ocurre cuando te hacen una crítica a tu trabajo, cuando no das la talla y alguien te ve, cuando, yo qué sé, eres patoso y te caes delante de las personas, en cualquier situación, ¿vale? Date cuenta de ese emanar emocional que ocurre dentro de ti y en qué dirección te está guiando, ¿vale? Mi chica me dice algo que no me gusta, mi emanar emocional dentro de mí lo que me dice es que tengo que justificar porque lo he hecho y justificar que lo que está viendo ella es erróneo, ¿vale? Me paro un segundo, me ocurre esto, postergo mi respuesta, doy tiempo a que ese emanar emocional se vaya bajando como la espuma, ¿vale? Baje un poquito y de lugar a que entre un poquito de lógica, un poquito de razonamiento, ¿vale? ¿Qué me están diciendo estas emociones? Me están diciendo que me defienda, que la ataque, que le diga que está equivocada, ¿eso va a servir para algo? No, seguramente sirva para que ella se sienta mal, para que ella se sienta tonta y para que empecemos una discusión que es estúpida, que es estúpida porque no tiene mucho sentido. A lo mejor ya empieza, empieza a bajar esa espumita, empieza a introducirse esa lógica. A lo mejor tiene razón, a lo mejor debería escucharla porque es un punto de vista que no he conocido. A lo mejor no, pero a lo mejor me lo dice porque le gustaría que yo cambiara cierta parte de, yo qué sé, de algo que me ha dicho y no le gusta y a lo mejor solo tengo que hacer que se sienta un poco validada y hacer que, ver que yo respeto su opinión. Respiro, me tranquilizo y le hago una pregunta, ¿a qué te refieres exactamente con esto? Porque a lo mejor tienes un buen punto ahí, se calma, la crítica que me ha hecho ya es más suave, ya es más reflexiva, las cosas van mejor, he evitado la catástrofe, he evitado, he dejado que las emociones reposen entre la parte lógica y actúe con esa parte lógica. Entonces yo creo que esto es un buen método, el método perfecto, hasta te diría, postergar la respuesta. Al principio te costará muchísimo, al principio te cuesta muchísimo en cuanto nos arrepentimos todos nosotros de haber tomado decisiones en momentos en los que estábamos dominados por las emociones, pero poquito a poco te vas volviendo bueno con esas cosas. Además de que, con esto ya termino, de que postergar la respuesta también te da la oportunidad de dejarte llevar por esas emociones o te da la oportunidad de seguir esas emociones. Si atacan a tu chica, lo que tú me has comentado antes, y le dan un puñetazo en la cara o algo así, posterga a esta un segundo, pero lo más probable es que la otra persona, yo no abogo por la violencia, pero bueno, imagínate que le pegan porque la quieren robar el bolso. Y le tiran un manotazo, no suelta el bolso y le mete un golpe en la cara y a ti eso te cabrea que no veas. Posterga un segundito si quieres la reacción, pero a lo mejor lo adecuado en este caso sí que es meterle una leche de vuelta al tío para proteger a tu chica. Entonces también es eso, demos un minuto de reflexión, un minuto no, perdón, un segundo.

S: Se te escapa el ladrón, si no.

DT: Claro, se escapa el ladrón, claro, hay veces que es cuestión de vida o muerte, si es cuestión de vida o muerte, pues obviamente si te sacan un cuchillo y tienes la oportunidad de huir, huye. Pero claro, muchas veces la emoción de la persona es intentar atacar a la persona que le ha sacado el cuchillo y con eso lo jode. Entonces, siempre posterga aunque sea un segundito y decide si te dejas llevar por esa emoción y va a sacar algo bueno o en efecto tienes que calmarla, en cuyo caso, calmarla, puedes relajarte un poco más y postergar 3, 4, 5 segundos esa reacción y dar pie a tu lado más lógico.

D: Pues yo estoy muy de acuerdo David en todo lo que has dicho y me gustaría remarcar que es muy difícil, que es muy complicado. El otro día hablaba con Marc Mula, un amigo, un filósofo que se pasó por aquí hace unos episodios y hablábamos sobre el marketing que ha envuelto a filosofías como el estoicismo, que te venden como que la gestión emocional es algo que en una semana puedes conseguir o que leyendo meditaciones de Marco Aurelio pues ya está, es todo el trabajo que tienes que hacer. Y me acuerdo que Pepe el Estoico, también un divulgador sobre esta filosofía, me acuerdo que decía, el otro día se me cayó la taza de que estaba bebiendo, se me rompió y empecé a cagarme en todo y de repente dije, hostia, pero que cojones, que estamos dando lecciones sobre la gestión emocional y luego se nos cae una taza y nos cagamos en todo. Es muy complicado y lo más probable, por no decir con total certeza, es que nunca lleguemos a poder porque creo que como condición de seres humanos es algo que nos escapa. Ya los estoicos hablaban de ese ideal estoico, no hablaban del estoico como tal, hablaban de un ideal imposible de conseguir. Seamos conscientes de que, como dices tú, se entrena y cada vez nos resulta mucho más fácil tener ese segundo y luego serán dos y luego serán tres pero que va a haber veces que vamos a fallar y que tampoco nos atormentemos por ello. Igual hablamos aquí, estamos hablando de gestión emocional, ahora se me cae el agua de repente aquí en el pecho y me cago en todo y fíjate, es el instinto que me sale a mí, que no tengo ni siquiera tiempo para reaccionar. Entonces, que tampoco nos creamos todo lo que vemos ni a esas personas que divulgaron sobre gestión emocional, no nos pensemos que son deidades y que ellos en su vida personal van como el Dalai Lama por la vida.

DT: Eso lo podemos ver en los momentos de la verdad, en los momentos complicados realmente. O sea, una persona le ocurre una desgracia o se ve en una situación estresante, ahí puedes ver cómo es realmente la persona. A mí algo que me parece muy curioso y que últimamente me fijo cada vez más es ver cómo son las personas cuando tratan con otras personas. Porque tú cuando tratas con un amigo o con tu pareja o con tu padre o con tu madre, tú con ellos, es una persona muy distinta que luego la que ves cuando están en otro círculo social en el que a lo mejor tienen más presión y demás.

D: El tema del camarero, ¿no? Se suele decir, fíjate cómo trata la gente a un camarero y ahí te dará muchas pistas de cómo es esa persona.

DT: Sí, sí, sí. Algo que … la gente que trata mal al servicio…

D: Que le llaman así, ¿no?

DT: Uf, uf. Yo no puedo con esas cosas. Yo no puedo. Sí, sí. Pagar 10 euros por un menú no te da autoridad sobre una persona. Pero bueno.

S: Pues venga, si queréis, entramos en las tres últimas preguntas que son sobre libros, que ha salido ya el tema. Si tuvieses que leer un libro, solo un libro, durante toda tu vida, una y otra vez. Vamos a poner otro ejemplo. Si el mundo está en llamas y solo puedes rescatar un único libro para la próxima generación, ¿cuál sería?

DT: Ese me gusta más. Ese me gusta mucho. Pues… Es difícil esta pregunta, mancho. Esta pregunta desde luego es complicada. Porque hay varios, hay varios. Pero si tuviera que elegir uno, yo porque tengo sentimientos hacia ese libro y he hablado muchas veces de él y ya os he dicho que me introduje en el budismo y demás. O sea, me introduje en el desarrollo personal a través del budismo. Sería el libro tibetano de la vida y la muerte. Porque a mí me parece un libro bellísimo, que aporta muchísimo, que además acerca el budismo y ese énfasis por la mente que es muy característico de la cultura oriental. Te lo acerca desde un punto de vista muy occidental. Entonces yo creo que para mí sería ese. Si no fuera ese y no me hubiera introducido a través del budismo, seguramente alguno de los de Jordan Peterson me gustaría mucho.

D: Pues fíjate que no he leído el libro de budismo. Pero bueno, si es el libro que dejas a la humanidad, pues igual, Sergio, hay que prestarle atención.

DT: Os lo recomiendo muchísimo. Es maravilloso. El libro tibetano de la vida y la muerte.

D: Pues apuntadísimo.

DT: Magnífico.

D: Y ahora te quitamos ya la presión. La humanidad no depende del libro que les dejes. Recomiéndanos, porque sabemos que es una persona que lee mucho. A nosotros también nos encanta la lectura. Además, animo a que la gente vaya a tu página web en la sección libros, que recomiendas unos cuantos y son librazos todos ellos.

S: Está Antifrágil. osea que con eso, check.

D: Recomiéndanos tres libros más. Y aquí da igual, elige la temática que quieras. Desarrollo personal, ciencia ficción, fantasía, novela, policía, lo que quieras, David.

DT: Vale. Hombre, voy a recomendar desarrollo personal más que nada, porque de ficción también me gusta, aunque yo bastante menos, pero bueno, tampoco me voy a poner ahora a recomendar algo que a lo mejor no puede aportar tanto valor, sino que es solo aporte a entretenimiento. Pues recomendaría mucho uno, que es el clasicazo de los clasicazos de desarrollo personal, pero ya que tenemos tres shots, no vamos a utilizar uno para este, que es el de hábitos atómicos, de James Keir, que además es muy práctico, le viene fenomenal a casi todas las personas, porque la adquisición de hábitos, aparte de ser fundamental, que no somos conscientes del poder tan grande que tiene el hábito, el repetir una acción todos los días en pos de un objetivo, ese libro descompone los hábitos de forma entendible y está fenomenal tanto para adquirir nuevos hábitos como para eliminar malos hábitos. O sea que ese sería uno de los que recomiendo. Otro podría ser uno que me encantó, además, Antifrágil, de Nassim Taleb, que es un libro… Este es un poco más complicado, es un poco más difícil, utilizo conceptos más difíciles, pero bueno, te habla sobre antifragilidad, que para quien nos esté escuchando es la capacidad de verse reforzado ante la dificultad, o sea, ya no es la resiliencia, que la resiliencia es el mantener el tipo, el saber aguantar los momentos duros, muy relacionada con el estoicismo, sino que la antifragilidad va un paso más allá. El tío te pone el ejemplo de una caja, por ejemplo, que contiene copas, que te pone frágil, y esa, la situación difícil, el estresor, los golpes harían que se rompiera su contenido, ¿no? Eso es lo que sería una persona susceptible a día de hoy, una persona que ante una dificultad, en vez de extraer valor se hunde un poco más todavía en su miseria. Luego tendríamos una caja en la que habría, por ejemplo, trozos de madera, ¿vale?, o trozos de piedra, ¿vale?, muy dura, en la que los estresores y los golpes da absolutamente igual, ¿vale? O sea, cuando abras la caja las piedras van a estar igual. Y luego hay una tercera categoría que nosotros no comprendemos, ¿vale?, porque no hay un ejemplo físico como tal, que sería una caja que pusiera, por favor, dale de hostias, por favor, dale fuerte, dale bien fuerte, porque a lo que hay dentro le viene bien, ¿vale? Es una característica humana, ¿vale?, la antifragilidad, que ocurre que hay que desarrollarla y que se es consciente de ella, y bueno, todo el libro trata sobre este tema, cómo desarrollarla, distintas técnicas y demás, y creo que viene muy bien porque al final pues lo vemos, ¿no? Cómo el sufrimiento que hemos comentado antes para algunos es un detonante para el progreso, mientras que para otros es un detonante pues para las drogas, para el alcoholismo, o para cosas que le joden en la vida, ¿no? Entonces, el mismo evento para una persona es distinto a otra. Para una frágil es de una forma, para una resiliente es de otra forma, y para una antifrágil es muy positiva. Ese sería el segundo. Y el último, que este es además un filósofo macho que yo no conocía, que estoy empezando a leer, voy por el segundo libro suyo, que se llama Byung-Chul Han, ¿vale?, es surcoreano, y tiene un libro que… No estamos acostumbrados a que nos den conocimiento y no información, ¿vale? Normalmente estamos muy acostumbrados a que nos suelten la información, ¡pum!, de golpe, las cosas fáciles de digerir, ¿no? O sea, a mí dame técnicas, dame casos prácticos, dame cosas de estas… Estamos muy poco acostumbrados a que el conocimiento nos lo den en una forma un poco más esotérica, más sutil, tener que hacer nosotros ese esfuerzo de estrujarnos la cabeza para entender bien lo que quiere decir, ¿vale? Y esto es Byung-Chul Han, ¿vale? Es un filósofo al uso. Y tiene un libro que se llama La expulsión de lo distinto, que a mí me ha parecido sublime, en el que habla sobre… Utiliza… Nos vamos a alargar un poquito, pero me apetece, porque además esto a lo mejor os puede interesar.

D: Adelante David.

DT: Él utiliza los términos positividad y negatividad de una forma distinta a la que lo hacemos nosotros para Han. La positividad es todo aquello fácil, sencillo, superficial, que entra sin vaselina, por así decirlo, ¿no?, que es como muy sencillo. Lo contemplo, es contemplativo y ya está. No requiere de un esfuerzo, no requiere de un procesamiento, no genera emociones fuertes, ¿vale?, no tiene sufrimiento. Mientras que la negatividad sería todo aquello que crea fricción, ¿no? Una idea que no conoces, un punto de vista que no respetas, ¿vale? Una idea muy profunda que requiere que tú indagues un poco para él, eso es la negatividad. Entonces, ¿qué dice que en la expulsión de lo distinto? Que estamos expulsando lo distinto porque genera negatividad en nosotros y estamos creando estándares muy básicos con todo. O sea, no queremos profundidad, queremos positividad, queremos que todo sea fácil, que sean datos, que sea información, no queremos conocimiento, no queremos arte transgresor. La propia pornografía es positividad, ¿vale? Es sencilla, es fácil. Las relaciones es negatividad, es fricción, es incomodidad, es exponerme ante el peligro, ¿vale? Entonces, toda la sociedad estamos tirando hacia esa positividad sencilla en lugar de identificar la negatividad y darnos cuenta de que la negatividad es aquello que realmente puede aportarnos algo positivo y realmente puede cambiarnos. Entonces, un libro fantástico, súper cortito, tendrá 120 páginas como mucho, muy pequeñito, la expulsión de lo distinto y cualquier obra de Wim Schuham recomendaría también. Eso es, lo negativo desde ese punto de vista. Eso es, no lo negativo como malo, sino lo negativo como profundo y como costoso, por así decir.

S: Y para cerrar, última pregunta, bueno penúltima, ¿qué importancia le das al aprendizaje en tu vida y si aprendes de alguna forma concreta, si has desarrollado algún método, qué hábitos tienes de aprendizaje?

DT: Pues te voy a decir que aquí va a ser corto porque no tengo ninguno. Yo aprendo porque me gusta y como me gusta. Hoy en día vivimos mucho con esta mentalidad de que a mí me pasa y yo inculco mucho mi contenido de productividad, de aprovechar el tiempo, de hacer las cosas lo más óptimas posibles. Pero al final no es tanto el hacer lo óptimo, es el hacerlo. El hacerlo y disfrutar haciéndolo. O sea que si tú aprendes tranquilamente una habilidad en dos años, mientras que sabes que puedes aprenderla en un año, pero sabes que no quieres dedicar tanto tiempo, hazlo a tu ritmo. O sea, yo soy mucho más partidario de hacer las cosas con gusto que de hacer las cosas de forma óptima. Creo que al final es lo suyo. ¿Sabes que entrenar cuatro días a la semana para ti es horrible? No te preocupes, empieza entrenando uno o dos días. O sea, cógele tranquilo, empieza a hacerlo poquito a poco. Luego ya alcanzarás esos estándares de los demás, si es lo que deseas o no, que tampoco pasa nada. La cosa es hacerlo, forzarte, obviamente forzarte, pero asumir que es mejor hacerlo mal que no hacerlo. Porque muchas veces nos refugiamos en que si no lo hago perfecto, si no lo hago como me dicen que tengo que hacerlo, es mejor que ni yo intente. Y no, no es así. Entonces yo creo que cada uno que utilice aquello que le funcione. Si te gusta meditar por la mañana cinco minutos, medita por la mañana cinco minutos. Si te gusta por la noche, por la noche. Si te gusta leer antes de irte a dormir, como a mí, que es un momento en el que la mente ya está cansada y no retienes todo, igual que si lo haces durante el día a primera hora de la mañana, pero es lo que te funciona, hazlo. A mí me ha funcionado, yo leo por la noche, mi media horita, mis 40 minutos y ya está. O sea que adapta el aprendizaje a tu propia persona porque es una de esas cosas, como comentábamos antes, que depende muchísimo de cada persona.

D: Por resumirlo diría que la gente busque antes la adherencia que lo óptimo.

DT: Justo, perfecto, macho. Si tiene que plasmarse en una frase, macho, que sea la adherencia, que sea lo adaptativo a tu personalidad y a tu forma de vivir, que eso, que lo óptimo.

D: Oye, David, me ha encantado, de verdad. Muchas gracias por venir a este podcast. Se nos ha quedado algún tema por ahí pendiente y muchos otros que era imposible meterlos todos. Aquí estás invitadisimo a repetir y a tratar todos estos temas que se nos han quedado en el tintero. Una vez más, muchas gracias.

DT: Yo también he disfrutado muchísimo, ha sido un placer poder hablar con vosotros. Además, una conversación muy entretenida. Y nada, a seguir dando galleta a este proyecto porque tiene muy buena pinta, ¿vale? Muchas gracias. Un abrazo muy grande.

RECURSOS DEL EPISODIO

Patrocinador del episodio:

Episodios relacionados:

Libros recomendados:

Otros recursos:
Una lista con recursos para entender mejor algunos de los conceptos que han salido en la charla:

Personajes mencionados:

Esperamos que disfrutéis de esta charla con David Tesch, de La Ducha Fría.