Todo el mundo piensa, es nuestra naturaleza hacerlo, pero… ¿Todo el mundo utiliza el pensamiento crítico?
Gran parte de nuestro pensamiento, está sesgado, distorsionado, imparcial, desinformado y está repleto de prejuicios. Como decía el emperador romano Marco Aurelio, “La calidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos”. Los pensamientos de mala calidad implican tener una peor calidad de vida. Tomarás peores decisiones y serás más infeliz.
La solución consiste en cultivar el pensamiento, más concretamente el pensamiento crítico. Y justo de esto te quiero hablar.
¿Estás pensando bien?
¿Cuántos de nosotros somos capaces de pensar por nosotros mismos? O mejor aún, ¿cómo sabemos que estamos realmente pensando por nosotros mismos? Recibimos miles de imputs cada día, y aunque nos creamos los más listos del castillo, es muy complicado “salirse de la caja” y ser crítico con nuestras propias ideas. Cuestionar y desechar viejas creencias es algo parecido a quitar la cal, cuanto más tiempo lleva asentada, más te va a costar deshacerte de ella.
Todo influye, tu familia, los amigos de la infancia, los del gimnasio, los libros que lees—o los que no lees—, la cultura donde creciste, la escuela donde estudiaste… hasta este artículo que estás leyendo va a influirte en mayor o menor medida.
El pensamiento crítico es una habilidad que se puede entrenar. En este artículo te voy a hablar de algunas de las mejores herramientas para que puedas mejorar y desarrollar tu pensamiento crítico.
Antes de eso, hagamos un repaso para entender qué es realmente el pensamiento crítico, y sobre todo, que no es.
¿Qué es el pensamiento crítico?
El pensamiento crítico es la capacidad que tenemos los seres humanos para analizar y evaluar ideas o cualquier tipo de información, para luego filtrar solo la parte de veracidad que encontremos en ellas. Se trata de llegar a alcanzar una idea argumentada, ignorando la mayoría de sesgos externos. Tarea nada fácil.
Ya lo decía el narizotas de Descartes:
Duda de las informaciones, dogmas y axiomas absolutos que te rodean hasta que por tu propia cuenta seas capaz de darle veracidad, o de no ser posible, descartarlas.
En definitiva, no aceptes ciegamente lo que otros digan.
El pensamiento crítico está muy relacionado con otras capacidades como la creatividad, la intuición o la lógica. Estas habilidades te permitirán expandir tu capacidad para elaborar nuevas estrategias a la hora de como percibes y ves lo que ocurre a tu alrededor.
El pensamiento crítico es la antítesis del conformismo. Es ir en contra de lo socialmente establecido. Es ser políticamente incorrecto. Es no tragarte el primer titular que veas en las noticias. Es dudar de todo. Es aprender a dudar de tus creencias más antiguas.
El pensador crítico enfrenta y evalúa los prejuicios sociales constantemente.
Alto ahí, no quiero que te pases de frenada. Tener un pensamiento crítico no significa ser la oveja negra siempre y llevar la contraria a todo el mundo. Si tu empeño es simplemente llevarle la contraria a todo el mundo, aún no has superado la adolescencia. Como pensador crítico, necesitas tener una postura libre y abierta, ser humilde, precavido y exigente.
Estándares del pensamiento crítico
Pensar críticamente implica dominar ciertos estándares.
El Dr. Richard Paul y la Dra. Linda Elder, de la Fundación para el Pensamiento Crítico, señalaron los siete Estándares Intelectuales Universales que deben aplicarse al pensamiento cada vez que se quiera evaluar la calidad del razonamiento sobre un problema, un tema o una situación.
Pensar críticamente implica dominar estos estándares:
- Claridad: tu razonamiento debe quedar claro para que quien lo escuche pueda valorar si es cierto o no lo que estás diciendo. Poner ejemplos de lo que se está hablando ayuda a comprender y visualizar la idea mejor.
- Exactitud: un argumento puede ser claro, pero no exacto. Asegúrate de no ser ambiguo en tu razonamiento. Exponer las fuentes (fiables) de las que procede nuestro razonamiento nos acercará a esa exactitud que buscamos.
- Precisión: afirmación como, por ejemplo, “mi vecino es bastante listo” puede ser veraz y exacta, pero carece de precisión. ¿Cuánto de listo es exactamente? ¿Listo en base a qué?
- Pertinencia o relevancia: Una afirmación puede ser clara, exacta y precisa, pero no pertinente. Si estás debatiendo con alguien sobre lo mal que te parece determinada actuación de un partido político, no le hables de Cuba y Venezuela si no está relacionado con el tema. Esta situación la encontramos muy a menudo. Podemos preguntar al interlocutor sobre como conecta con el tema para asegurarnos su pertinencia.
- Profundidad: Una proposición puede ser clara, veraz, precisa y pertinente, pero carecer de profundidad. Por ejemplo, la frase «No a las drogas», utilizada para disuadir de su consumo, aborda un problema muy complejo de forma superficial. «¿Podrías darme argumentos?» sería una de las preguntas que podríamos hacer para profundizar.
- Amplitud: Una proposición puede ser clara, veraz, precisa, pertinente y profunda, pero no ser lo suficientemente amplia al no tener en cuenta otros puntos de vista. Preguntas como «¿hay otra manera de abordar este problema?» ayudan a coger perspectiva.
- Lógica: Una proposición puede ser clara, veraz, precisa, pertinente, profunda y amplia, pero no tener lógica. Cuando argumentamos ponemos diferentes pensamientos en orden. Si estos pensamientos se apoyan mutuamente, el pensamiento es lógico. En caso no contrario, sería un argumento sin lógica.
El pensamiento crítico, por lo tanto, no es pensar mucho, es pensar mejor. La inteligencia y el conocimiento no son las causas de un mejor pensamiento crítico. Cuanto más inteligente seas, tendrás mejor capacidad para elaborar argumentos que sigan justificando tus mierdas.
Si quieres pensar de forma crítica, vas a tener que buscar como sea la objetividad de los hechos, eliminando cualquier rastro de subjetividad y otros elementos como los sesgos cognitivos. Los sesgos van a ser tu principal enemigo al que combatir. Forman parte de nosotros y no podemos deshacernos de ellos. Pero sí que podemos entenderlos y anticiparnos antes de que manipulen nuestra capacidad de sacar conclusiones. Te adelanto que no vas a poder ganar todas las batallas.
Antes de continuar, te dejo por aquí el episodio que grabamos con el psicólogo Ramón Nogueras donde nos habla sobre sesgos cognitivos y como podemos combatirlos (o no).
Origen del pensamiento crítico
Uno de los primeros filósofos en usar la expresión “Critical Thinking” fue Max Black como título en uno de sus libros de lógica en 1946.
Pero este concepto no es del siglo pasado, ni mucho menos. Su origen se remonta a la antigua Grecia: Sócrates y su mayéutica, Platón y su dialéctica o Aristóteles y su retórica fueron algunos de los ilustres que ya se cuestionaban las cosas de una manera más o menos razonada.
De hecho, si miramos atrás, todos los grandes pensadores han dedicado gran parte de sus vidas a construir y deconstruir ideas, a comprender el mundo que les rodea y a cuestionarse las verdades que imperaban en sus épocas.
La vida no examinada no vale la pena vivirla.
Sócrates.
Objetividad y subjetividad en el pensamiento crítico
Muchas personas ven la objetividad como una especie de actitud fría y estoica. No se dan cuenta de que la subjetividad unida a argumentos emocionales son el verdadero peligro de ártico. Apelan directamente a nuestras necesidades primarias, y esto suele ser una combinación peligrosa para terminar haciendo cosas que no deberíamos.
Cuando se busca la verdad es necesario evitar las falacias o los vicios de razonamiento. Es muy importante no caer en el pensamiento desiderativo, que es el opuesto al pensamiento crítico, ya que carece de solidez racional y se basa en gustos, deseos, ilusiones o suposiciones injustificadas que carecen de evidencia o datos comprobables.
¿Cuántas veces has visto una promoción de un producto alegando que la oferta se termina en 4 horas y que vas a perder la oportunidad de tu vida? Eso es pensamiento desiderativo, algo que busca lograr un objetivo en el mejor tiempo posible. Este pensamiento te impide ver con claridad toda la información y las consecuencias de tus decisiones. Adivina, acabas tomando una decisión de la que te arrepientes a las horas.
La verdad obtenida a través del pensamiento crítico es sólida en comparación con la mentira feliz que se fabrica a través del pensamiento mágico.
Pensamiento crítico en el mundo moderno
Cometemos muchos errores a la hora de argumentar y razonar las ideas. Atento a las siguientes cuatro cagadas que yo, que no soy el más listo de la sala, he cometido más de una vez:
- Por lo general, carecemos de conciencia de nosotros mismos cuando se trata de comprender nuestro propio proceso de pensamiento.
- Consideramos las ideas desde el punto de vista de nuestros propios sesgos y nociones preconcebidas, sin cuestionarlas ni analizarlas como es debido.
- Formamos opiniones rápidamente sin esforzarnos por fundamentar los puntos de vista o sin tener en cuenta las fuentes de evidencia.
- Tomamos decisiones sin comprender completamente por qué o sin un marco adecuado que defina lo que sabemos y cómo acceder a ese conocimiento de manera sistemática.
Absorbe lo que es útil, descarta lo inútil y agrega lo únicamente tuyo.
Bruce Lee.
Entonces, ¿cómo podemos aprender a pensar con más claridad?
El pensamiento claro está ligado a cuánto sabemos sobre el mundo, nuestra capacidad para aprender continuamente y la construcción de un entramado de modelos mentales.
Respeto que quieras ponerte fuerte en el gimnasio sin saber para qué sirve una mancuerna, pero si conoces su funcionamiento y el efecto fisiológico que puede generar en tu cuerpo al levantarla, probablemente te irá mejor. Con el pensamiento pasa algo parecido. Ahora viene la parte práctica.
Mejora tu pensamiento crítico
Mejorar esta habilidad es esencial si quieres aprender a distinguir la verdad en un mundo lleno de falacias, mentiras y noticias falsas. Si estás leyendo esto, la respuesta ya la sabemos los dos.
Pero esta habilidad no solo te va a ayudar a detectar fakenews, también te ayudará a tomar mejores decisiones. Estas decisiones marcaran el destino de tu vida, así que cuanto más armas tengas a tu alcance para tomar mejores decisiones, la probabilidad de cumplir todos tus objetivos se verá multiplicada exponencialmente.
Las fake news, de hecho, tienen mucho que ver con lo que se conoce como efecto bandwagon y este, a su vez, con el análisis crítico de la realidad, o mejor dicho, con la ausencia de él. El término se refiere a una teoría psicológica según la cual los individuos adoptan conductas e ideas por el mero hecho de que una gran mayoría de personas lo hacen sin cuestionar ni analizar nada previamente. ¿Adivinas cuál es el mejor antídoto contra esta tendencia? El pensamiento crítico.
1. Mejora tu entorno
El primer consejo para mejorar tu pensamiento crítico te va a ayudar en todas las facetas de tu vida. Absolutamente en todas, sin excepción, así que es muy importante que prestes atención.
Crea un entorno que te permita tomar mejores decisiones. Examina las decisiones que vayas a tomar en diferentes momentos, lugares y estados de ánimo. La razón tiende a justificarse a uno mismo más que a generar el juicio correcto (el enigma de la razón) por lo que una forma de evitar cometer muchos errores en la toma decisiones es razonar sobre el mismo problema en muchos contextos diferentes.
Si la decisión es la misma en todos los contextos, podrás estar más seguro de que estás tomando una buena decisión.
2. Debate y discute sobre ideas más a menudo
La razón funciona mucho mejor cuando se combina con ideas ajenas. Contarle la decisión que has tomado a otras personas es una buena forma de que tus ideas ganen solidez o, por el contrario, encuentres las fisuras que se te habían pasado por alto.
Un debate es la mejor oportunidad que tienes para aprender. Te han contando la historia de que en todos los debates debe existir la figura del vencedor y del vencido. Quítate esa idea de la cabeza por favor. ¿Qué merito tiene “ganar” un debate? A parte de resarcir el ego, claro.
Pues eso. Debate y discute ideas, pero sin ninguna pretensión más que aprender y ponerte a prueba.
3. No te cases con ninguna idea
Cometemos un error muy frecuente: no actualizar nuestras propias ideas. Nuestras viejas creencias pueden aferrarse a nosotros más de lo que nos gustaría. Dile al chaval que se iba todos los findes a ver los toros con su padre y su tío, que está mal. Te dirá que una mierda para ti. Esto es solo un ejemplo, que cada uno vaya o deje de ir donde le dé la real gana.
Esto puede suponer que, incluso con una demostración de que estamos equivocados, nos neguemos a abandonar esas viejas creencias que nos han dado un cómodo cobijo durante los últimos tiempos. A todos nos jode darnos cuenta de que estábamos equivocados. A mí también, no eres especial. La cosa es desarrollador la suficiente capacidad crítica para admitirlo y recular.
Esto ocurre porque siempre estamos tratando de justificar nuestras creencias y nuestras mierdas en lugar de argumentar en contra de ellas. Si mantenemos el foco en buscar porque uno tiene razón, ignoraremos dónde podemos estar equivocados.
Otro motivo puede ser las consecuencias sociales de cambiar nuestra opinión. Lo percibimos con una muestra de debilidad o como una rebaja de reputación e identidad. No tengas miedo a equivocarte, a rectificar y a diseñar nuevas creencias.
4. Absorbe mucha información sobre el mundo que te rodea
Así de sencillo, cuanto más sepas sobre las cosas que te rodean, mejor podrás razonar sobre ellas.
Nos encanta tener una opinión formada sobre la mayoría de temas en los que no hemos profundizado lo suficiente para poder aportar datos con una solidez contrastada. Sorpresa: te acabas de convertir en un cuñao.
El pensamiento crítico, por lo tanto, no ocurre porque hayas estudiado una materia de forma lógica, sino porque sabes lo suficiente sobre como funciona el mundo para descartar ciertas posibilidades como improbables o imposibles.
Francis Bacon.
¿Cuál es la desventaja de todo esto? Que el pensamiento crítico no es algo que puedas aprender en un grado universitario o en un master online. Significa que tienes que estar en un constante aprendizaje, sobre muchos temas, para poder tomar mejores decisiones.
No se trata de pensar más, se trata de aprender a pensar mejor.
En la educación tradicional no vas a encontrar ninguna asignatura llamada «Pensamiento Crítico», así que si quieres aprender a pensar por ti mismo, vas a tener que ser tu propio profesor.
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Buscando información por internet, me topé con un artículo de Farnam Street con una lista fantástica de las 11 reglas para el pensamiento crítico de algunas de las mentes más brillantes de la historia. Te dejo aquí el artículo original.
Estos preceptos se encuentran en AKA Shakespeare: A Scientific Approach to the Authorship Question :
- Todas las creencias en cualquier ámbito son teorías en algún nivel. (Stephen Schneider)
- No condenes el juicio de otro porque sea diferente al tuyo. Ambos podéis estar equivocados. (Dandemis)
- Lee para no contradecir y refutar; ni creer y dar por sentado; ni para encontrar charlas y discursos; sino para pesar y considerar. (Francis Bacon)
- Nunca te enamores de tu hipótesis. (Peter Medawar)
- Es un error capital teorizar antes de tener datos. Insensiblemente, uno comienza a tergiversar los hechos para adaptarlos a las teorías en lugar de las teorías para adaptarlos a los hechos. (Arthur Conan Doyle)
- Una teoría no debe intentar explicar todos los hechos, porque algunos de ellos están equivocados. (Francis Crick)
- Lo que no encaja es lo más interesante. (Richard Feynman)
- Eliminar un error es un servicio tan bueno, y a veces incluso mejor, que el establecimiento de una nueva verdad o hecho. (Charles Darwin)
- No es lo que no sabes lo que te mete en problemas. Es lo que sabes con certeza que simplemente no es así. (Mark Twain)
- La ignorancia es preferible al error; y menos lejos de la verdad está el que no cree que el que cree en el mal. (Thomas Jefferson)
- Toda verdad pasa por tres etapas. Primero, se ridiculiza, segundo, se opone violentamente y tercero, se acepta como evidente. (Arthur Schopenhauer)
Recapitulando, el pensamiento crítico es una habilidad que vas a querer mejorar si quieres acercarte a la verdad y convertirte en alguien más libre. Recuerda:
- Los pensamientos de mala calidad implican tener una peor calidad de vida. Piensa sobre como piensas.
- El pensamiento crítico es la antítesis del conformismo.
- 4 ideas para mejorar tu pensamiento crítico: mejora tu entorno, debate y discute sobre ideas a menudo, no te cases con ninguna idea y absorbe mucha información sobre el mundo que te rodea.
- Tener un pensamiento crítico no significa ser la oveja negra siempre y llevar la contraria a todo el mundo.
- Mejorar el pensamiento crítico es esencial si quieres aprender a distinguir la verdad en un mundo lleno de falacias, mentiras y noticias falsas.
Nos leemos.
David.