Hoy, conocerás 9 consejos para pensar mejor. No los veas como un dogma. Lee el artículo y aplica los que mejor encajen en tu vida

La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos.»

Marco Aurelio.

Me sorprende que no nos enseñen a pensar en el colegio. La toma de decisiones, los sesgos cognitivos o los modelos mentales, son herramientas que pueden cambiar por completo tu vida. La educación tradicional no hace ni el amago por enseñártelo.

Pensar mejor te permite tomar mejores decisiones y resolver problemas.

  • Decidir te ahorra contratiempos, reduciendo tu estrés y ansiedad.
  • Resolver problemas, te permite surfear mejor tu vida y, por si fuera poco, es una habilidad bien pagada en el mundo laboral. Escasean las personas resolutivas.

Antes de pasar a la acción, ¿a qué me refiero con ‘pensar’?

¿Qué es pensar?

Pensar es combinar ideas en nuestra mente, es examinar tus pensamientos con atención para formarte una opinión. Pensar es opinar sobre algo o recordarlo. La acción de pensar incluye muchas acciones [1]. Para este artículo me centraré en las dos primeras definiciones, combinar ideas y examinar tus pensamientos.

A pensar se aprende pensando, no es algo que se pueda enseñar. Piensa en la mente como un músculo. Tienes que esforzarte y ponerla a entrenar. Estos consejos son 9 ejercicios que puedes incluir en tu rutina para desarrollar tu pensamiento.

1. Concéntrate, nada de multitasking

Hacer varias cosas a la vez, lo que los americanos llaman multitasking, empeora la calidad de tus ideas. En realidad no las estás haciendo a la vez, estás cambiando tu atención constantemente entre una tarea y otra. Si cada dos minutos te interrumpe el like de Instagram, el comentario en Twitter o el mensaje de tu novia en WhatsApp, ¿qué tiempo estás dedicando a pensar?

«Sólo concentrándome, atendiendo a la pregunta, siendo paciente, dejando que todas las partes de mi mente entren en juego, llego a una idea original.»

William Deresiewicz

Parece una tontería pero el primer consejo para pensar es reservar tiempo a pensar. Concéntrate y guarda un espacio sin distracciones para que tu mente sea capaz de conectar ideas. Para mí, el inicio y el final del día son momentos ideales para ello.

2. Rodéate bien

Nada nuevo. El entorno determina en gran parte como eres. Aumentar tu exposición a ideas de calidad, aumenta la calidad de las conexiones entre ideas.

Trata de buscar diversidad. Rodéate de personas con ideas diferentes, sé capaz de hablar con personas del polo opuesto y conoce personas de todos los tipos y colores.

En pleno siglo XXI las posibilidades de construir un mejor entorno son infinitas, pero antes de pasar con el tercer consejo, me gustaría destacar dos.

  • Puedes rodearte de los grandes mentes actuales gracias a sus redes sociales, sus blogs o sus podcasts. Si estas leyendo esto, en cierta forma nos estás dejando ser parte de tu entorno. Solo puedo agradecértelo. Gracias.
  • Tienes acceso a millones de libros que te permiten acceder a las ideas de grandes pensadores. Puedes subirte a hombros de esos gigantes intelectuales para ver más lejos. Puedes aprender del pasado leyendo historia. Paul Graham, un popular ensayista, lo resume con esta cita [2]:

«Puedes expandir tus influencias tanto en el tiempo como en el espacio al leer historia. Cuando leo historia no solo aprendo qué pasó, intento meterme dentro de la cabeza de personas que vivieron en el pasado.»

3. Lee

Lo acabo de mencionar pero creo que merece su propio apartado.

  • Leer te permite conocer diferentes puntos de vista. Tanto pasados, como presentes.
  • Leer te «obliga» a estar concentrado, acabando con los problemas del multitasking. Si estás haciendo otra cosa mientras lees este artículo, eres un crack.
  • Leer te abre la puerta a los pensamientos de otra persona. No solo a sus ideas, sino a cómo las conecta, cómo argumenta y cómo las relaciona entre sí; es decir, cómo piensa.
Si quieres pensar mejor, lee. Foto: Trinity College en Dublín.
Libros, libros y más libros. Foto: Trinity College en Dublín.

Si quieres pensar mejor, lee.

4. Escribe

Tu cabeza tiene un espacio limitado. Los científicos lo llaman memoria de trabajo. El papel, es una extensión de tus pensamientos. Volcar las ideas en él, «vacía» tu memoria de trabajo. Como no tienes que estar acordándote de cada idea, puedes centrarte en crear conexiones.

Escribir te permite tener pensamientos más largos, elaborados y trabajados. Por si fuera poco, escribir te permite revisar tus pensamientos y editarlos. Es muy fácil contradecirte mientras hablas. Mucho más difícil, contradecirte sobre papel.

Te estarás preguntando cómo puedes aplicar todo esto. Estos tres consejos de Scott Young en uno de sus artículos [3] creo que nos vienen al pelo:

  • Ten las cosas escritas antes de hablar. Aplicable en conversaciones importantes o reuniones de trabajo. Haber escrito sobre lo que quieres transmitir, te permite pensar más detenidamente sobre ello, aumentando la calidad de tus ideas.
  • Baja tus problemas a papel. Muchos problemas intimidan. Se hacen enormes en nuestra cabeza y ocupan gran parte de nuestra energía mental. Coge papel y boli y escríbelo en detalle. Pensar en papel sobre tus propios problemas te permite bajarlos a la realidad.
  • Aprende escribiendo. Trataremos en detalle la técnica de Feynman en las próximas semanas, pero quédate con la idea de que, explicar un tema con tus palabras, es mucho más efectivo para aprender que leer de forma pasiva unos apuntes. Escribiendo, piensas de forma activa; leyendo sin reflexionar, piensan por ti.

Escribir aporta claridad a tus pensamientos, te permite tener conversaciones de mayor calidad, enfrentar tus problemas y aprender mejor. Casi nada 🙂

5. Cultiva el escepticismo

Se habla mucho de la mente de principiante. Estoy de acuerdo, mente abierta pero sin que se te caiga el cerebro al suelo. Conoce diferentes puntos de vista. Cuestiona y reta lo que sabes. Busca opiniones contrarias. Día sí, día también.

Trata de buscarle las cosquillas a ese autor que tanto admiras. No le compres todo el pescado a nadie. Pasa sus ideas por tu filtro, aunque sea Elon Musk. Que hablando de Elon, su forma de razonar te puede ayudar a esto de cuestionarte las cosas.

Frena el carro y pregúntate: ¿cómo sé que lo que sé es verdad?

6. Piensa sobre cómo piensas: metacognición

La metacognición es la capacidad de pensar sobre tu propia forma de pensar.

Para y examina tus pensamientos y tu proceso cognitivo con detenimiento. Rompe con el piloto automático y empieza a ser consciente de cómo y por qué piensas lo que piensas. Dedica tiempo a entenderte. Date cuenta que no eres sólo tus pensamientos. Trata de separarte de ellos por un momento y analízalos.

Me gustaría mencionar en este apartado la importancia que tiene cómo te comunicas contigo mismo. Pensar en palabras y frases es tu forma interna de comunicación. Préstale atención. La forma que tienes de hablar contigo mismo es un hábito que has desarrollado a lo largo de los años. Puede ayudarte a pensar mejor, o puede sabotear constantemente tus pensamientos.

Ser más consciente de la forma en que te comunicas contigo y tus pensamientos, te permite pensar mejor.

7. Evita caer en sesgos, falacias y el pensamiento lineal

Conoce en profundidad a los enemigos:

  • Las falacias son malos razonamientos, que parecen buenos. Normalmente, suelen ser argumentos mal construidos. Aristóteles descubrió trece. En la política y los medios de comunicación son el pan de cada día. Si nos cuelan malos razonamientos, estamos incurriendo en pensamientos erróneos.
  • Los sesgos cognitivos son errores en nuestro proceso mental que nos lleva a actuar de forma irracional. Limitaciones en nuestro hardware que nos llevan a pensar de forma errónea. Hablamos de sesgos en la entrevista con el psicólogo Ramón Nogueras, donde nos cuenta algunos remedios contra ellos.
  • El pensamiento lineal se deja la complejidad en casa. Si hago esto, pasa aquello. Causa – consecuencia. El mundo no es tan sencillo. Estamos rodeados de sistemas que se relacionan entre sí y hacen del pensamiento lineal algo con poca utilidad. El pensamiento sistémico parece ser la solución.

Antes de que te pierdas por la madriguera de las falacias con el tito Aris, escuches a Ramón hablar sobre nuestros sesgos o conozcas a fondo el pensamiento sistémico, vamos con los dos últimos consejos.

8. Crea tu arsenal de modelos mentales

Un modelo mental es una representación simple sobre un concepto, una estructura, el mundo en el que vivimos y/o cómo funcionan los tres anteriores. Los modelos mentales son nuestra forma de simplificar la complejidad del mundo para poder navegarla. Son nuestros “mapas” de la realidad. [4]

La clave está en ver cada modelo mental como una herramienta. Si solo tienes uno, chungo. En lugar de buscar modelos que encajen con la realidad, tratas de encajar la realidad en tu único modelo. Te conviertes en un martillo en busca de clavos.

La clave está en ver cada modelo mental como una herramienta para pensar mejor.
Piensa en los modelos mentales como herramientas.

9. Aprende a gestionar las emociones

Gestionar las emociones, la asignatura que a todos nos hubiese gustado tener en el colegio. Las emociones influyen en tus pensamientos y tu toma de decisiones. Cuando nos implicamos emocionalmente, somos más propensos a caer en sesgos cognitivos.

¿Significa que hay que convertirse en un piedra?

No. Ni blanco, ni negro. Gris.

Significa que con introspección y experiencia, aprendas a saber cuando, y cuando no, te benefician las emociones. No es borrarlas del mapa y si te he visto no me acuerdo, es saber gestionarlas para que estén alineadas con la persona que quieres ser.

Para pensar mejor

Pensar mejor te permite tomar mejores decisiones y resolver problemas, capacidades que puedes usar desde, para ser más libre hasta para ganar más dinero, pasando por reducir tu estrés y ansiedad. Si quieres pensar mejor, estos 9 consejos van a ayudarte:

  1. Huye del multitasking. Concéntrate.
  2. Crea tu entorno con grandes mentes actuales y gigantes pasados.
  3. Lee. Piensa con otra persona.
  4. Escribe. Amplía tu espacio para pensar al papel.
  5. Cultiva el escepticismo. ¿Cómo sabes lo que sabes?
  6. Piensa sobre cómo piensas.
  7. Evita caer en sesgos, falacias y el pensamiento lineal.
  8. Conoce diferentes modelos mentales. Tu propio arsenal.
  9. Aprende a gestionar tus emociones.

Te dejo los hilos que he mencionado a lo largo del artículo por si quieres tirar de alguno:

A pensar se ha dicho.

Sergio -.


Notas, cortitas y al pie:

[1] Definiciones de ‘pensar’: https://dle.rae.es/pensar

[2] How to think for yourself por Paul Graham: http://www.paulgraham.com/think.html

[3] How to think better por Scott H. Young: https://www.scotthyoung.com/blog/2018/12/14/think-better/

[4] Modelos mentales: qué son y para qué sirven, por mi mismo: https://elrincondeaquiles.com/modelos-mentales/