Qué es la ataraxia

Permanecer calmado cuando has perdido todo en un naufragio, como Zenón.

Estar tranquilo en pleno diluvio, como Pirrón de Elis.

Respirar sereno en el Jardín sin importar quien gobierne, como Epicuro.

Puedes estar alegre, triste, enfadado, excitado o aterrado; pero mantienes la calma. La ataraxia no es la ausencia de emociones, es la tranquilidad conviviendo con tus instintos más profundos.

La ataraxia es mantener la paz sin importar lo que haya ahí fuera.

Las emociones son parte de ti. El objetivo no es eliminarlas, sino convivir con ellas de la mejor manera posible. Las emociones se gestionan mucho mejor tranquilo. Pocas consejeras emocionales mejores que la ataraxia.

Tu mente es una fortaleza inexpugnable. Realizada por Artem Sapegin. Fuente.

Estoicos, epicúreos y escépticos establecieron la ataraxia como aspiración en su estilo de vida. Hoy, lo que hace dos mil años era uno de los objetivos principales de las filosofías helenísticas, vuelve a resonar con fuerza. Te surgirá una pregunta: ¿por qué es importante alcanzar la ataraxia?

Entre otras cosas, porque este estado de calma te permite:

  1. Tomar mejores decisiones.
  2. Diferenciar (con mayor facilidad) lo que se encuentra bajo tu control de lo que no.
  3. Ser dueño de ti mismo, sin dejar tu vida a la deriva de los eventos externos.

Tranquilo independientemente del lugar

Que bien suena y que difícil es.

Estar tranquilo mientras estás sólo en tu habitación es mucho más sencillo que mantener la calma en la comida familiar. Relajarte con tu suegro al lado es mucho más retador que en la soledad de tu cuarto.

“Al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos siempre con la misma indiferencia”.

 – Rudyard Kipling

Repito la idea porque la considero fundamental: estar tranquilo no es eliminar las emociones, es mantener un estado de calma que conviva con ellas. Este estado te permitirá decidir lo correcto independientemente de las circunstancias. Lo que los estoicos llamaban, actuar con virtud.

El lugar, las circunstancias, y el resultado no dependen (completamente) de ti. Por ello, no deberían alterar tu tranquilidad.

Preocuparte por el resultado es hipotecar tu paz mental. Si ganas el partido, estarás eufórico. Si lo pierdes, no habrá quien te aguante. Tu ataraxia no puede depender del marcador. Mantener la calma te permitirá tratar al éxito y al fracaso, en palabras de Kipling, como a dos impostores.

Ahora que conoces qué significa ataraxia, descubrirás el camino propuesto por las diferentes filosofías helenísticas para lograr esta valiosa tranquilidad.

Escépticos, epicúreos y estoicos en busca de la ataraxia.

El Imperio macedónico cae. La estabilidad ofrecida por el reinado de Alejandro Magno desaparece. Los problemas afloran. El individuo necesita respuestas y las busca en la filosofía, alejándose de corrientes más teóricas como la platónica y aristotélica.

Mosaico de Issos. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, Italia. A la izquierda, Alejandro Magno. Fuente.

En esta época de turbulencias surgen tres escuelas, tres caminos para alcanzar la imperturbabilidad. Uno por uno, vamos a descubrirlos.

La ataraxia para los escépticos

Para los escépticos, encabezados por Pirrón, la tranquilidad se alcanza sin emitir juicio.

Partiendo de que no conoces nada, estos filósofos creían que la mejor forma de alcanzar la tranquilidad y como consecuencia, la felicidad, es suspendiendo el juicio (epojé). No opinar sobre cada cosa que se te pasa por la cabeza sino tratar de ser más objetivo, ese es el camino del escéptico hacia la ataraxia. Sin juicios, alcanzarás tu tranquilidad.

La ataraxia para los epicúreos

A diferencia de lo que muchos piensan, el epicureísmo no se centra en maximizar el placer a toda costa. En la Epístola a Meneceo, así lo explica Epicuro, el fundador de la escuela:

“Así pues, cuando afirmamos que el gozo es el fin primordial, no nos referimos al gozo de los viciosos y al que se basa en el placer, como creen algunos que desconocen o que no comparten nuestros mismos puntos de vista o que nos interpretan mal, sino al no sufrir en el cuerpo ni estar perturbados en el alma.”

Para el epicúreo, la búsqueda del placer mediante el conocimiento es lo que te permite alcanzar la tranquilidad. Si reflexionas un segundo, lo que Epicuro llama “no sufrir en el cuerpo ni estar perturbados en el alma” es una definición perfecta de la ataraxia.

Conocer para estar tranquilo. Conocer para saber que deseos cumplir y cuáles no. Para Epicuro, la tranquilidad se consigue satisfaciendo los placeres indispensables para sobrevivir y evitando los dolores innecesarios.

Cubres los deseos básicos para estar tranquilo. El resto, siempre y cuando no hipotequen tu tranquilidad, serán bienvenidos.

La ataraxia para los estoicos

Los estoicos romanos incluyeron la tranquilidad en la doctrina estoica. Para estos pensadores, la tranquilidad es una consecuencia de buscar nuestra mejor versión (eudaimonia). Un bonus. Un regalo.

El camino para lograrla es la imperturbabilidad (apatheia), un estado donde las emociones no pueden dañar tu serenidad. No debes confundirla con la apatía, la cual hace referencia a la indiferencia o ausencia de emociones, estado por el que no abogaban los estoicos.

Para entender un poquito mejor la relación entre ataraxia y apatheia, te dejo este pequeño fragmento de un artículo del profesor Massimo Pigliucci:

“Una forma de pensar sobre la relación entre las dos es que la apatheia, alejarnos de las emociones negativas y positivas, a su vez produce ataraxia, un sentimiento de tranquilidad que proviene de desarrollar una actitud de ecuanimidad hacia lo que sea que el mundo nos depare.”

Aunque surge como una consecuencia de buscar tu mejor versión, la tranquilidad te ayuda también a alcanzar tu mejor versión. Es un círculo virtuoso. Trabajar en tu mejor versión te da tranquilidad, y la tranquilidad te permite seguir trabajando en tu mejor versión.

Ataraxia y eudaimonia. Tranquilidad y felicidad.

Consejos prácticos para estar tranquilo

Séneca sobre la tranquilidad del alma

Si llegado hasta aquí es porque quieres alcanzar la tranquilidad. Agárrate que viene lo práctico.

Sereno, el amigo de Séneca, tenía ganas de tener tranquilidad en su vida. Séneca le escribió una carta con consejos que dió forma a uno de sus diez tratados morales: Sobre la tranquilidad del alma.

En este apartado, conocerás algunos consejos propuestos por Séneca para alcanzar la tranquilidad.

Descansa

La tranquilidad te permite no cometer locuras. De nada sirve un soldado muerto en batalla. Los estoicos, personas de acción, eran conscientes de la importancia que recae en el ocio y el descanso.

Un buen consejo para alcanzar la tranquilidad de forma más habitual es darte tiempo para descansar. Salir de la vorágine de trabajo y reflexionar. Es bueno mantener tu mente ocupada en una tarea, pero nunca hasta el punto donde se te olvide pensar.

“El esfuerzo continuo quebrantará el vigor de los espíritus.”

Para mantener la calma, descansa y reserva parte de tu día a potenciar tus hobbies.

Conócete para crear un entorno facilitador

“Has de considerar si tu carácter es más adecuado para la acción o para el estudio y la meditación ociosa, e inclinarte hacia donde te lleve la fuerza de tu talento.”

Conocerte es el primer paso para saber en que lugares eres capaz de mantener la calma.

  • No todo el mundo sirve para la batalla.
  • No todo el mundo sirve para emprender su propio proyecto.
  • No todo el mundo sirve para estar en una oficina.

Elegir la actividad determina mucho la tranquilidad que alcanzarás. Esto va de facilitarte el estar tranquilo, no de ponerte más trabas.

No debe malinterpretarse este mensaje como quedarse tirado en casa todo el día, sino encontrar un entorno donde te sientas como pez en el agua. No un entorno cómodo, sino un entorno con retos donde encajar.

Hablando de entorno, ¿qué pasa con las personas que te rodean?

Séneca lo tiene claro: escoger tus amigos también es un factor determinante para tu tranquilidad.

El filósofo le recuerda a Sereno: “… evítese sobre todo los hombres tristes que se lamentan de todo, a quienes cualquier pretexto les parece bien para quejarse.”

Evita personas tristes. Evita quejas. Evita personas que pongan en jaque tu tranquilidad.

Diseña un entorno que te facilite estar tranquilo. Suficiente difícil es como para que encima te pongas más trabas.

No tengas deudas

“¡Cuánto más feliz aquel que no le debe nada a nadie!”

La tranquilidad es mucho más fácil de alcanzar si no le debes nada a nadie. Cuando sientes que debes algo, la tranquilidad te esquiva. Cuando has cumplido con todo y has sido justo, la tranquilidad te busca.

Dale valor a tu palabra. Cumple tus promesas. Y la tranquilidad acabará encontrándote.

No te creas especial y prepárate

Ves a una persona enfadada discutiendo con su pareja y crees que no te pasará. Tu relación de pareja es tan especial …

Séneca te anima a justo lo contrario. Si ves a los demás en situaciones donde su tranquilidad ha desaparecido, ¿qué te hace pensar que no te puede pasar a ti?

“Si no consideras todo lo que puede sucederte como que va a sucederte, le estás dando a la adversidad un poder sobre ti.”

Estás reglando tu tranquilidad por no prepararte. Lo que le sucedió a otro puede sucederte a ti también. No te creas especial y prepárate.

Marco Aurelio sobre la ciudadela interior

Para cerrar con este artículo, me gustaría rescatar un concepto propuesto por Pierre Hadot en La ciudadela interior. Además del nombre de su libro, donde trata en detalle las Meditaciones de Marco Aurelio, este concepto hace referencia a nuestra propia mente.

“La tranquilidad depende del buen ordenamiento de la mente, lo único que realmente te pertenece.”

Marco Aurelio.

Tu mente es el último refugio de la tranquilidad.

En este mundo incierto, sobre pocas cosas puedes influir tanto como sobre tu propia cabeza. El emperador romano te anima a crear tu propia fortaleza, levantando barreras frente a las circunstancias externas, logrando que el exterior no afecte a tu interior, actuando con virtud independientemente de las circunstancias.

Si la tranquilidad viene de fuera, será momentánea y se encontrará fuera de tu control. Si la tranquilidad viene de dentro, será duradera y podrás controlarla.

No necesitas irte al pueblo cada fin de semana para estar tranquilo. No necesitas desconectar de forma recurrente para calmarte. Aunque estas cosas puedan ayudar, no te vuelvas dependiente. La tranquilidad es algo que debes cultivar a diario.

Mantén la calma independientemente de las circunstancias. Construye tu ciudadela interior, te protegerá de las turbaciones.

Sergio -.